Mark Twain conferenciante

Eliseo Martín Burgos

Después de una comida en su honor, donde tenía que hablar, se puso de pie y empezó:

-Díganme, ¿han comido bien y a gusto?

-Todos, al unísono, dijeron que sí.

-¡Esto me tranquiliza, pues sé que todo mundo, después de haber comido bien y a gusto, aplaude cualquier tontería que escuche.

Hizo una pausa y continuó:

-Y como yo he dicho las mayores tonterías en mis libros y como supongo que ustedes los han leído, no hace falta que las repita.

Hizo un gesto con las manos y se sentó ante el caluroso aplauso de todos los asistentes.

Antología del Chascarrillo

Segunda Epoca