Yucatán

Luis Manuel Arellano Delgado, coordinador de Integración Comunitaria y Fortalecimiento Comunitario de la Clínica Condesa en la Ciudad de México, destacó ayer que la prevención del VIH/Sida se ha centrado sólo en el uso del condón y en el aislamiento, pero ha dejado de lado la sexualidad.

Al ofrecer ayer la charla “Erotismo en el contexto del VIH” en el marco de la XVIII Semana Cultural de la Diversidad Sexual, que se lleva a cabo en la UADY, Arellano Delgado señaló que desde los años 90 se ha venido construyendo una idea de prevención, pero centrada en el acotamiento de las prácticas sexuales de la diversidad, por lo que se estableció la idea de prohibición de sexo a las personas infectadas con VIH e incluso de castigo para los que no acataran lo anterior.

Así, dijo, está no sólo la idea del castigo divino, sino también del castigo en las leyes, por lo que desde el principio de los 90 se modificó el artículo 199 Bis del Código Penal y esto se reprodujo en las legislaciones de los diferentes Estados, con penas por peligro de contagio a quienes transmitieran el VIH y otras enfermedades.

15 años de prisión

En el caso de Yucatán, por ejemplo, comentó que se puso la pena de hasta 15 años de prisión a una persona que contagie y ponga a otra en riesgo.

Después, comentó, se modificó el Artículo 156 del Código Civil Federal, que estableció al Sida como causante de prohibición del matrimonio. Con ello se instituyó otro castigo al erotismo y a la sexualidad de las personas con VIH.

Luego, la prevención se genitalizó, es decir, se centró exclusivamente en el uso del condón y, más adelante, se estableció el uso de antirretrovirales para que las personas con VIH no transmitieran el virus, además del uso profiláctico para detener la transmisión en las personas negativas al VIH, mediante el uso de medicamentos como el PREP o PEP, antes o después del sexo.

Sin embargo, dijo, lo que sucedió es que las personas con VIH abandonaron el uso del condón, pues con los antirretrovirales se volvieron indetectables y los negativos optaron por la profilaxis, lo que llevó al ejercicio de la sexualidad sin el condón y, con ellos, a un incremento de las infecciones de transmisión sexual como la sífilis, la gonorrea, el herpes y otras.

El miedo

Así, regresó el miedo porque no sólo hay que lidiar con las infecciones, sino con virus, bacterias, hongos y parásitos, además de que el país no cuenta con un sistema para atender y prevenir eficazmente las infecciones de transmisión sexual (ITS).

“Mucho se alienta a no adquirir ITS y cuidar a sus parejas, pero no se alienta a confiar en su sexualidad y disfrutarla, y no se habla de la sexualidad y menos en grupos, por ejemplo, como el de los adultos mayores”.

“La salud sexual se ha centrado sólo en el uso del condón y ha generado una tormenta de ITS sin que haya lugar para el erotismo”, concluyó.

(David Rico)