Al considerar que las acciones emprendidas por el Ayuntamiento de Mérida para contrarrestar los efectos del cambio climático no son suficientes, la regidora Ana Gabriela Aguilar Ruiz propuso revisar la normativa actual y, asimismo, elaborar el Plan Municipal de Infraestructura Verde para sentar bases firmes y legales para el logro de mejores objetivos en la materia.
En una pasada sesión de Cabildo, la coordinadora de los regidores del tricolor hizo un llamado a la autoridad municipal para que, a la brevedad, solicite a la Unidad de Desarrollo Sustentable, con fundamento en el Reglamento para la Protección y Conservación del Arbolado Urbano del Municipio de Mérida, lo siguiente:
–La elaboración del Plan Municipal de Infraestructura Verde, actualizar la información referente al arbolado en Mérida, cuántos hay, ¿sembramos al mismo ritmo que talamos? Cuál es el estado actual de los que se han sembrado.
–La revisión concienzuda de los dictámenes técnicos con respecto de los nuevos desarrollos inmobiliarios y estacionamientos públicos o privados que se han emitido en el municipio.
–La imposición severa de las sanciones a quien derribe o dañe ejemplares de arbolado urbano dentro del municipio, y el cumplimento de la obligación de compensación. Por ejemplo, las multas a quien derribe, pode y ocasione daños a los árboles, van de 20 hasta 20 mil veces de salario mínimo general.
Mayores espacios verdes
Asimismo pidió revisar y actualizar el contenido del Reglamento para la Protección y Conservación del Arbolado Urbano del Municipio de Mérida, a fin de derogar disposiciones que inhiban la reforestación.
De igual forma hizo un llamado a los arquitectos, ingenieros y desarrolladores urbanos a construir, pero con diseños de vivienda que consideren espacios para los árboles.
La concejal del tricolor mencionó que, a partir de análisis realizados en el 2014 mediante fotografías aéreas, se estima que hay aproximadamente 435 mil 016 árboles en el espacio público y hace falta por plantar 196 mil 363 árboles. La superficie arbolada detectada es de aproximadamente un 34.8% de la superficie total cubierta por la copa de los árboles.
En el 2010 –continuó–, Mérida supuestamente contaba con 5 millones120 mil 925.73 metros cuadrados de áreas verdes con cubierta vegetal arbolada, distribuida en 490 parques (Ayuntamiento de Mérida 2010), lo cual representa un promedio de 6.20 m2 por habitante, lo que si tomamos la media internacional de 9 m2 establecida por la OMS (Organización Mundial de la Salud), teníamos en el 2010 un déficit por persona de 2.8 m2.
Dijo que la expansión acelerada de la ciudad, la construcción de zonas habitacionales, la deforestación y fragmentación del municipio sobre todo en la zona Norte, el uso industrial de los suelos, si bien se trata de un fenómeno de nivel mundial causado por la actividad humana, en general, es la indiferencia social y la falta de políticas públicas integrales o ineficaces, así como el no asumir que a nosotros nos toca trabajar para cambiar esta realidad, el acelerado deterioro ambiental que nos ha llevado a tener por ejemplo dos días una sensación térmica de hasta 52° C.
Por tanto –resaltó–, la única política pública que debemos considerar es, en palabras del jefe de la ONU, Antonio Guterres: “Detener la deforestación, restaurar los bosques deteriorados y cambiar la forma en que cultivamos”.
Asumir mayor conciencia
Señaló que lo anterior implica cuidar los árboles que ya existen y que les tomó años su crecimiento y no esperar el crecimiento de otros; sembrar, regar y cuidar más, y realizar nuevos diagnósticos de espacios públicos.
–Debemos ser conscientes de que un cambio climático puede tener consecuencias muy serias sobre la actividad económica y social, por lo que es momento de brindar soluciones efectivas y que, si bien es imprescindible involucrar a la ciudadanía, no debemos soslayar la responsabilidad que nos corresponde, pues es aquí donde se autoriza el uso de suelo, las construcciones y los desarrollos inmobiliarios, así como las condiciones para ello, agregó.
Aguilar Ruiz continuó: “No podemos esperar a que los árboles que se están distribuyendo crezcan o sean cuidados por los particulares si en las zonas públicas los árboles mueren o nos enfrentamos a planchas de concreto, que ocasionan temperaturas elevadas y una sensación térmica aún mayor.
“Nuestra niñez debe poder estar jugando en los parques sin miedo a sufrir por golpes de calor o deshidratación, y todos a vivir en un ambiente de calidad pensando y previniendo las mejores condiciones ambientales para las generaciones futuras.
“Hasta el momento no es suficiente lo que estamos haciendo. Revisemos la normativa, reevaluemos la política pública en el tema, pues la única vía es la reforestación y el cuidado de los árboles a la par de que sembremos, pues dependeremos de nuevo que éstos se cuiden y no se talen los que ya hay, y que el Ayuntamiento realice con mayor rigor la vigilancia a los trabajos de la CFE, empresas de TV o telefonía”, concluyó.
(Rafael Mis Cobá)