Yucatán

Roger Aguilar Cachón

Conforme el tiempo pasa y la cronología personal se va cargando de calendarios y de experiencias, esto nos permite ser un poco más críticos acerca de diversas cosas y acontecimientos que se suscitan en la vida cotidiana, en algunos casos nuestra labor puede ser útil y en otras por más que gritemos y saltemos no se puede remediar, ya que está lejos de nuestras manos el hacer que algunos sucesos puedan cambiar, pero eso no hace que no se pueda mencionar y en algunos casos decir “ya me cansé de ….”

En la cotidianeidad de los medios de comunicación, cuando se hace mención de la labor o de alguna semblanza de algún médico, se refieren a ellos como Doctores o Doctoras, cuando en realidad no lo son, el Doctor es un grado académico que se otorga después de estudiar la licenciatura, la maestría y posteriormente se accede al grado de Doctor. Es decir, aquellos a los que llamamos Doctores no son más que médicos, especialistas en algún área médica o bien Licenciados en Medicina. Esto ya lo he mencionado en varios foros y por eso, puedo decir que “ya me cansé” que le den grados a personas que no le corresponden.

La labor docente que se realiza en algunos de los niveles de la educación, en algunos casos se requiere del apoyo de los padres de familia para poder llegar a alcanzar los objetivos de la educación que es el de cambiar las actitudes y proveer de conocimientos a los niños y adolescentes. Día a día los docentes dan más de si mismos para poder hacer que los educandos puedan lograr los objetivos planeados, pero en algunos casos esa meta no se logra. Hay que recordar que en la labor docente están comprometidos los padres de familia, los estudiantes y los docentes. Es un esfuerzo de tres partes. Pero cuando una de ellas falta los resultados no son los esperados. Los alumnos reprueban sus trimestres y los padres de familia no hacen nada por preocuparse de ellos. Los docentes no pueden hacer todo el trabajo, ahora que llega el fin de curso los padres de familia están esperanzados que sus hijos aprueben el curso sin que ellos visiten la escuela para preguntar cuál es la situación de sus hijos e hijas. Cuando lo hacen ya resulta demasiado tarde. Por eso, “ya me cansé de” citar a padres de familia para que se interesen en sus hijos y apoyen la labor docente, para que a fin de curso sus hijos puedan lograr aprobar sus exámenes y pasen al curso inmediato de la mejor manera.

Desde que se instauró la Reforma Educativa al inicio del sexenio pasado y aún hoy día se mantiene vigente, los famosos Consejos Técnicos Escolares (CTE) solo sirven – en caso particular de la escuela del de la letra- para justificar la labor del Supervisor Escolar y de la administración de la escuela, para que la Subdirección de la misma se aproveche de la labor de los docentes y el material que se pueda obtener de éstos sea para justificar o mejor dicho hacer el trabajo que la misma debe de hacer. Es un espacio en donde el tiempo se pierde sin ninguna esperanza para que los docentes puedan aprender algo de estos ya mentados CTE. Se puede afirmar que desde que se inició esta práctica, ninguno de ellos ha tenido algo bueno para aprender. Por eso les digo a mis caros y caras lectoras que ya me cansé de asistir a ellos porque simplemente es una pérdida de tiempo. (Nota, es posible que en otras escuelas este tiempo si lo utilicen para el bien de la práctica docente).

Los docentes de todo el país, esperan cada año la llegada del día 15 de mayo, fecha en que se celebra a los Maestros para escuchar el anuncio del aumento de sueldo que recibirán. Desde hace algunos años, no se ha logrado que sea más del 3% al salario base. Ustedes mis caros y caras lectoras se imaginan la impotencia de los maestros que forman parte del sindicato más grande (en afiliados) de Latinoamérica, quedarse con los brazos cruzados ante el mínimo aumento que representa en la realidad de sus emolumentos. Mientras que los integrantes de las Cámaras Bajas y Altas y aún en las diputaciones locales, el aumento y lo que recibe cada integrante de ellos cada mes, resulta insulto para los que enseñan las primeras letras. Por eso, ya me cansé de la apatía y desgano de los principales actores de los sindicatos y de la Secretaría de Educación que hacen poco o nada para tratar de dignificar la vida de los Maestros.

En algunas escuelas, como en la del de la letra, la danza de los pesos o del dinero forma parte de la dinámica diaria y son muchos los que llegan a las arcas de la Administración Escolar sin que los docentes vean en que se utiliza la ganancia o bien en que se destinan las ganancias - que puedo decirles que no son unos cuantos pesos- que se obtienen de cada festival, excursión u otras actividades en donde los docentes participan. Es por eso que ya me cansé que los docentes de algunas escuelas y de la mía que no exijan a las autoridades de la misma que se desglose y publique las ganancias y lo que se hace con ese ingreso obtenido.

En mi ida diaria a la escuela, puedo ver a algunos mendigos, en su mayoría personas de avanzada edad, pidiendo caridad desde temprana hora, ante la vista y paciencia de la ciudadanía y de las autoridades municipales y estatales que de seguro se habrán topado con alguno de ellos y no dudo que no les hayan dado alguna moneda. La ayuda que se les proporciona de seguro es pasajera, es deber de la autoridad municipal hacer, elaborar o proveer de algún programa para beneficio de estas personas de la tercera edad que piden caridad. El problema no se resuelve con algunas monedas, sino con programas tendientes sino a terminar con este problema, cuando menos si a encontrar estrategias para encontrar solución a este problema social. Ya me cansé de ver que cada sexenio que pasa, hace oídos sordos y vista ciega ante esta problemática.

Así es mis caros y caras lectoras, algunas de las situaciones de las que el autor de las letras ya se cansó y creo que de seguro habrán muchos más como el de la tinta que se hayan cansado de situaciones similares y no encuentren la manera adecuada para tratar de evitarlas o bien de solucionar esos problemas. Esperemos que estos ya me cansé puedan servir como inicio de una discusión de los problemas anteriormente planteados.