Yucatán

Rafael Mis Cobá

Como Renán la desairó al no invitarla a su reciente paseo que hizo por China, la tía Juana buscó ahora a Mau para colarse con él a París, pero resulta que también el góber viajero le dio un cortón y tampoco la llevó a la ciudad de las cigüeñas que reparten a los recién nacidos.

La “t’int’inkí” mujer maya se sintió muy triste y enojada a la vez, particularmente con Reni, ya que el alcalde meridano le puso como condición que sólo la llevaría si portaba durante todo el periplo su terno de mestiza para que la exhibiera ante los chinos como un producto turístico, tal como pretende hacer con los oferentes de Mérida en Domingo al exigirles que se disfrazaran de yucas como atractivo para los visitantes.

Para consolarse, la musa del tío Chupi buscó a su cabezón sobrino para contarle de su frustración y para que la ayudara a cargar su sabucán repleto de “uayas” que pretendía llevar a París para ver si le daban chance de pregonarlas en los Jardines de Versalles.

—Tiíta linda, realmente luces hermosa con tu terno de “xocbichuy”.

—Deja de lambisconearme “mejenkisín” y mejor vamos al Lucas de Gálvez a rematar estos dulces frutos que bajó tu tío Chupi del frondoso árbol del patio de mi “wotoch”.

—Pero dime, tía, ¿para qué querías viajar a París, si es más bonito tu pueblito de Chikindzonot?

—Sobrino, era mi oportunidad para ver al jorobado.

—Tía, basta que vayas a Morelos y ahí lo encuentras.

—“Mejenkisín”, no me refiero a Cuauhtémoc Blanco, sino al jorobado de la catedral de Notre Dame.

—“Uay”, tía, pensé que te referías al Cuatemochas, al Gobernador de Morelos.

—Sobrino, todo confundes, te pareces al ministro Eduardo Medina Mora y al ex director de Pemex, Emilio Lozoya.

—Ellos no se confundieron tía, robaron aprovechando sus cargos públicos.

—Por eso digo, sobrino, se confundieron y tomaron lo que no era suyo.

—“Maare”, tía, a ese ministro de la Suprema Corte de Justicia le descubrieron sus millonarias trasferencias de dinero a Gran Bretaña y a Estados Unidos.

—Sobrino, Lozoya no se quedó atrás con tantas transas que hizo con la anuencia de Enrique Peña Nieto, su entonces jefe.

—Y luego salen a decir que son angelitos y que sus fortunas son lícitas o producto de herencias.

—Ni su “chichí” se los cree, sobrino.

—Pero algunos jueces sí. Ya ves que los amparan para que no los investiguen y menos que los encarcelen.

—“Maare”, sobrino, pero ante tanta evidencia de las raterías cometidas, una jueza federal ya dio luz verde para la captura del ex director de Pemex.

—“Uay”, tía, el que debe estar preocupado es Peña Nieto, porque si meten el bote Lozoya puede abrir la boca y pringarlo.

—Sobrino, para pringadas las calles de Mérida con tanta basura que no se recogió el sábado y domingo en la campaña de descacharrización.

—Tía, algo le falló a las autoridades que dejaron tantos desechos en las calles y avenidas que ahora afean mucho la imagen de la ciudad.

—Sobrino, lo preocupante es que si no se recogen pronto y continúan las lluvias, en vez de eliminar a los moscos, brotarán más en esos cerros de basura y cacharros que se encuentran por muchos rumbos de la ciudad.

—Pues tía, ojalá que Mau ordene desde París que limpien bien las calles de Mérida para que la campaña de descacharrización no resulte contraproducente.

—Sobrino, no vaya ser que este tema se lo pase por el Arco del Triunfo.

—¡Tía!, el góber es responsable, no pienses así de él.

—“Mejenkisín”, me refiero al Arco del Triunfo, el monumento francés, no a la actitud que pudiera adoptar Mau.

—Tía, me habías asustado.

—Para susto, sobrino, la advertencia que ayer hizo el investigador y mayista Fidencio Briceño Chel.

—Es cierto, tía, dijo que las lenguas maternas desaparecen en forma acelerada.

—Lamentablemente así es, y que de las seis mil que existen en el mundo, desaparecen dos cada día, pero lo peor es que en 50 años sólo quedarían 10.

—Tía, tienes que cuidar tu bonita y exquisita lengua.

—Lo sabes sobrino, todos los días la utilizo y practico con tu tío Chupi con prolongadas y amenas conversaciones y muchas veces en ambientes románticos.

—Presumida.

Para finalizar, la tía Juanita no se aguantó y le envió un whatsApp a su amado Mau para que cuando regrese a Mérida le traiga un Fondue de queso, o tan siquiera un Croissant.