Síguenos

Volver

ÚLTIMA HORA

Quintana Roo

¡Buenas noticias! Se creará Secretaría de la Mujer en el estado

Volver

Yucatán

Uno de cada cuatro niños tiene disfunciones sensoriales que afectan su rendimiento escolar, como los que tiene autismo o hiperactividad; los pequeños se tapan los oídos por el ruido, los que no se dejan bañar o que lloran mucho en el salón de clases, etc., dijo ayer la Lic. Marcela Metlich Rodríguez, pedagoga y neuropsicóloga.

Entrevistada antes de impartir un Taller sobre Estimulación Sensorial dirigido a profesores de nivel preescolar y educación básica, así como a padres de familia, Metlich Rodríguez dijo que el término se refiere a las dificultades para manejar la información captada a través de los sentidos. Estas dificultades, en ocasiones conocidas como trastorno del procesamiento sensorial, pueden tener un gran impacto en el aprendizaje y en la vida diaria.

Indicó que hay dificultades sensoriales de tipo motriz, alimentaria, visual, auditiva, etc.; por ejemplo, hay pequeños que hacen un berrinche cuando les piden que guarden su material o los que simplemente van al súper y ya no aguantan y se pone a llorar y gritar.

No es pleito

Explicó que las dificultades sensoriales se desbordan en un problema de atención, de conducta o de emociones y se ponen a gritar, a golpear, morder o pegar, acciones que no solamente son de conducta, sino de una disfunción neurológica y que la conexión nerviosa no está funcionando en el cerebro y es una manera de que tiene de sacarlo y de expresar que en el cerebro no están haciendo las conexiones correctas.

En el hogar sólo se detecta uno de cada cinco casos, pero en las aulas se detecta uno de cada cuatro, cuando no se aprende las letras o a leer: por eso es importante que los padres entiendan que no es un problema o un pleito, sino que estamos ayudando a los niños a madurar y que tenemos que ponernos de su lado y ver qué vamos a hacer para ayudarlos a madurar y superar esas dificultades sensoriales.

No hay medicamentos para tratar las dificultades del procesamiento sensorial. Sin embargo, existen terapias y cambios prácticos que se puede implementar en el hogar y en la escuela para ayudar a su hijo a sentirse y desempeñarse mejor.

Ajustes en hogar y escuela

Si el pequeño parece excesivamente sensible a la estimulación, en vez de exponerlo a entornos muy estimulantes, como las salas de videojuegos, las fiestas de cumpleaños ruidosas, supermercados, fuegos artificiales, cualquier lugar con luces o ruidos intensos o cuando tenga que ir a lugares donde crea que su hijo podría tener problemas con los ruidos, puede hacer que utilice tapones para los oídos que sean suaves y cómodos.

Por lo tanto, es importante que los padres y el maestro conversen acerca de los cambios que se podrían implementar para que él se sienta cómodo y capaz de enfocarse en el salón de clases. Por ejemplo: asegurarse que su hijo no se siente cerca de lugares ruidosos que lo distraigan; si fuera posible, eliminar las luces fluorescentes que titilan y los zumbidos de los timbres: asegurarse que la silla de su hijo sea apropiada para su tamaño, de manera que cuando esté sentado en su escritorio sus pies descansen sobre el piso y sus codos se apoyen sobre el escritorio; los niños que necesitan moverse un poco, podría ser útil usar un cojín inflable o un almohada, de modo que pueda moverse y a la vez permanecer sentado.

Algunos niños funcionan mejor si se sientan cerca del maestro. Sin embargo, si los ruidos lo distraen con facilidad, su hijo podría voltearse con frecuencia para ver de dónde provienen.

(Víctor Lara Martínez)

SIGUIENTE NOTICIA

Yucatán

'Cruzarse”: buscar cierto efecto 'psicodélico” tomando drogas y licor al mismo tiempo.