Amena convivencia con relleno en pib y del tradicional pozole en Sucupo
TIZIMIN, Yucatán, 24 de junio.- Envalentonados jóvenes se dieron sus clavados en el cenote Siete Bocas, en una de las celebraciones más representativas de la comunidad de Sucopó, en el marco del festejo en honor a San Juan.
La celebración hacia San Juan se vuelve supersticiosa, la fiesta comenzó como pagana debido a que la gente del campo daba gracias por el verano, las cosechas, las frutas y por disponer por más horas luz; es una fiesta de fertilidad, según comentó una de las mujeres que preparaba el tradicional pozole.
Por su parte, José Concepción Arceo Rosado relató que desde pequeños se llevaba a cabo el “baño de San Juan”, a los que se aventaban al cenote primero se les frotaba con una yerba medicinal para luego lanzarse al agua, lo que aseguraba la salud por un año, manteniendo lejos enfermedades como la viruela, sarampión y sarpullido.
Hace años la fiesta se hacía con rezos y posteriormente se bañaban en el cenote; por un tiempo la costumbre se dejó de practicar y fue hasta hace 7 años que se retomó nuevamente; y este día no fue la excepción, ya que decenas de familias se dieron cita en la boca del cenote para ver a los jóvenes lanzarse desde la superficie.
En tiempos antiguos los ritos se desarrollaban en torno a tres elementos, comenzando por el fuego, para festejar el poder del sol y ayudarle a renovar energía las cenizas de las hogueras, las cuales curan enfermedades. La costumbre proviene de cultos paganos que pretenden alejar los malos espíritus.
El agua simboliza la fertilidad y pureza, se hacen ritos de saltar “las nueve olas”, recoger la flor del agua y bañarse desnudos; en el roció de los campos buscan efectos mágicos para encontrar pareja o tener hijos.
Por último y no menos importante está la tierra, a la media noche salen a recoger hierbas medicinales y luego se cuelgan en las ventanas para recibir las bendiciones.
Dentro de las creencias, los árboles que no dan frutos son golpeados con maderas, sogas y hasta machetes, ya que se les reprende para que puedan producir.
Otra de las prácticas comunes es que, si quieren lucir un cabello hermoso, deberán ir para que una persona nacida en este día de nombre Juan para que te haga un corte.
Este día el pueblo estuvo de fiesta con la presencia del alcalde Mario González González, acompañados de hermosas mestizas y madrinas de flores depositaron en un pequeño altar las ofrendas para luego presidir la ceremonia correspondiente, donde se dieron sus clavados los niños y jóvenes. En el lugar los asistentes disfrutaron de tacos de relleno negro enterrado y el tradicional pozole.
(Edwin Farfán / Efraín Valencia)