Yucatán

La religión y la espiritualidad

Ana María Ancona Teigell

“No eres un ser humano en busca de una

experiencia espiritual. Eres un ser

espiritual inmerso en una experiencia

humana”.

Tehilhard de Chardin

Este es un tema que crea mucha polémica en cualquier lugar, pero son muchos los convencidos de que son seres espirituales viviendo una experiencia humana. Saben que quizá la mayoría no está de acuerdo con ellos, pero cada quien tiene su forma de pensar y sentir y sólo nos queda respetarlos.

Gran parte de los estudiosos dicen que la religión es un conjunto de creencias y rituales que llevan a una persona a una relación correcta con Dios. No es sólo una, sino cientos. Y la espiritualidad es un enfoque sobre las cosas y el mundo espiritual en vez del físico, que son las cosas terrenales. Y es sólo una.

La religión es un sistema de creencias y cultos organizados por personas practicantes. La religión se vive en comunidad. Generalmente es vista como una institución social con sacerdotes, rabinos o pastores; con dogmas, doctrinas, a veces con intromisión política y en organizaciones sociales, que implican enormes estructuras sociales, que abrazan muchas más cosas que sólo la experiencia espiritual de las personas. Pertenecer a una religión significa estar “atado”, “ligado” a servir a un Dios o una divinidad y por un ritual específico.

La espiritualidad es la propia acción del Espíritu en el ser humano. Es el desarrollo de las capacidades del espíritu en cada persona. Esta trata de la vida individual y comunitaria vivida como un todo lleno de sentido, donde hay un deseo por alcanzar la unidad, su base es vivir la vida como una búsqueda constante de una relación armónica con Dios (el que quieras) bajo cualquier circunstancia.

La religión es una creencia en una dimensión religiosa; es la observancia de un conjunto de rituales o prácticas religiosas; es la adhesión a una doctrina o código de conducta ética que surge de las enseñanzas religiosas. Es de tipo existencial, moral y espiritual. Es para los que quieren seguir los rituales y la formalidad; te la inculcan desde niño; habla de pecado y culpa; sigue los preceptos de un libro sagrado.

La espiritualidad no requiere obedecer a ninguna religión organizada; no tiene estructuras jerárquicas; es algo personal, vivido en la singularidad del sujeto o en forma comunitaria; es lo propio de la acción del espíritu en cada persona. Es el desarrollo de las capacidades del espíritu; la necesidad de una religión o de creer en un ser supremo o Dios están incluidas en la espiritualidad; es para los que prestan oídos a su voz interior; te invita a razonarlo todo, cuestionarlo todo y decidir tus acciones asumiendo las consecuencias; te da paz interior; la tienes que buscar tú; se ocupa del ser; te hace vivir en la conciencia.

Tanto la religión como la espiritualidad son buenas, pero no se tiene que formar parte de una iglesia para ser espiritual. Hace siglos que tanto hombres como mujeres practicaban el cultivo del espíritu, que meditaban, ayunaban, vivían una vida intensa interior. Y hay muchas personas que gracias a la religión son a la vez seres espirituales.

Un dicho ruso dice: “la teoría es gris y verde el árbol de la vida”.

Hay que respetar la pluralidad de opciones que buscan acercarse al menos a la felicidad. La vida se nos presenta como un abanico de posibilidades. No hay una única alternativa, una única creencia. Lo que hay son oportunidades a las que podemos optar libremente, siempre desde el principio de que no hay religión ni espiritualidad mala y de que todas sus formas pueden ser compatibles. Lo que cuenta es la experiencia personal en la búsqueda del sentido de la vida.