Tomás González Estrada, investigador del Centro de Investigación Científica de Yucatán, informó ayer que con el Nodo Binacional Sureste (Nobi Sureste), iniciativa para impulsar el emprendimiento de base científica y de base tecnológica en Chiapas, Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán, lo que se busca es impulsar productos y servicios basados en ciencia y en tecnología para poder ofertarlos a la sociedad, tanto a nivel local, como a nivel internacional.
Dijo también:
–Tenemos 23 equipos que participaron en esta generación. Cada equipo está conformado por un investigador, por un mentor de negocios y por un estudiante de licenciatura o de maestría, que tiene interés como emprendedor. Y somos 10 instituciones públicas y privadas de educación superior y centros de investigación las que participamos en este Nobi Sureste.
–Me dijeron que es el cierre de actividades del Nodo con el taller de moderación financiera. ¿Es así?
–En realidad el evento de hoy es en términos de capacitación para estos equipos. Ellos han estado siguiendo una metodología que se implementó en Estados Unidos por la Universidad de Stanford, California, y por el MIT de Massachussets, con financiamiento de la Fundación Nacional para las Ciencias de Estados Unidos. Ellos pidieron eso a Stanford y al MIT, para hacer ese tránsito de la ciencia básica o de la tecnología, al emprendimiento y eventualmente al mercado.
–¿Desde cuándo usan en México esta metodología?
–En México hace aproximadamente tres años se identifica esa iniciativa de la Fundación Nacional para las Ciencias de Estados Unidos y el Conacyt firma un convenio con éste para que los mentores mexicanos se capaciten en ese país y podamos replicar este modelo. Eso es lo que se empezó a hacer en México aproximadamente hace 3 años, y aquí se empezó a hacer desde hace un año.
Ventajas
–¿Cuáles fueron los resultados de esos 23 equipos?
–De estos 23 equipos algunos avanzaron más que otros en los proyectos y propuestas. Pongo un ejemplo: es el caso de un tipo de concreto ligero que permite crear un block con las mismas características de resistencia del block usado en la construcción, pero que pesa menos y es más liviano. Entonces esto te ahorra muchísimo en tiempo de construcción, te ahorra combustible en transporte de material, no requiere de las tres capas de acabado porque viene ya con su acabado; en fin, tiene ciertas ventajas que impactan en la calidad de la construcción, pero también en el confort de las personas que van a ocupar las viviendas que se pudieran construir con este material. Este proyecto se desarrolló aquí en el CICY. Tenemos otro caso del “Hideyo Noguchi” de la UADY, que es el desarrollo de unas tiritas que a partir de una muestra de sangre obtenida del dedo con una lanceta permiten identificar presencia de virus de chikungunya, de dengue y la presencia de rickettsias.
Esto tiene ventajas en costos y tiempos, y se está prototipando para empezar a ver qué tan eficiente es, concluyó.
(Roberto López Méndez)