Armín Villalobos Bustillos
Normalmente la Presidencia de México desgasta a quien la ocupa. Entran jóvenes y a los seis años, salen viejos y canosos. Creo que el único que rejuveneció en la presidencia fue Don Adolfo Ruiz Cortines.
El actual Presidente espero que pronto abandone el deseo de informar todas las mañanas sobre su gestión, porque ese plan de trabajo que se ha impuesto es más que desgastante y, como consejo para que nos dure todo el sexenio, debería, si insiste en ese informe mañanero, hacerlo una vez por semana, que de todas maneras le llegarán las críticas de sus enemigos políticos, pero tendrá una semana para digerirlas y no cada día como es hasta hoy.
Esta forma de trabajar del Presidente es desgastante hasta para sus colaboradores, que tienen que estar todas las mañanas acompañándolo a desahogar las preguntas de periodistas y público que asiste a las juntas mañaneras y, si tomamos en cuenta que las Secretarías de Estado y demás oficinas de gobierno que ya se ubican fuera de la capital de la República, o sea, fuera de la Ciudad de México, más desgastante es para los Secretarios de Estado y directores de paraestatales.
Señor Presidente, los que votaron por usted lo quieren todo el sexenio y esperan con ansia los cambios que ofreció.