Roldán Peniche Barrera
Yucatán Insólito
Invitado por el Dr. D. Tomás Mendiburu y Ortiz a nombre del virtuoso tenor y maestro Miguel Angel Mena Medina, acudimos la pasada noche del 27 de junio del corriente, a escuchar el Réquiem de Gabriel Fauré al Auditorio Meridiano de esta ciudad.
Por esta ocasión no actuó el tenor Mena Medina con su ya reconocida estupenda voz, sino que su actuación se centró en su faceta de maestro, y para ello escogió dirigir el nada fácil Réquiem de Fauré, obra compuesta en 1877. Y Miguel Angel se sintió a gusto pues fueron sus propios discípulos del Area de Música del Centro Estatal de Bellas Artes los que integraron el bien equilibrado coro compuesto de sopranos, contraltos, tenores y barítonos. Al órgano, Daniel Sánchez. Y ante una sala colmada de tope a tope, surgió el Introit et Kyrie del gran Réquiem que iniciaba esta obra monumental. Siete de sus partes dirigió el Maestro Mena (el dicho Introit, el Offertoire, el Sanctus, el Pie Jesu, el Angus Dei et Lux Aeterna, el Libera Me e In Paradisum). Una soprano, Miriam Berenice Escobedo Ortiz, y un tenor, Félix Muzah Marín Cantún, hicieron de solistas con claras y precisas voces. Ahora bien, todo el coro suena acorde a los dictados del Maestro, a quien no conocíamos en su calidad de director demostrándonos al propio tiempo, su calidad magisterial. Y como todos sus discípulos son adolescentes, el conjunto vocal se escucha fresco y elocuente.
Añadamos a esto, el entusiasmo juvenil y la estimulante labor de su director para asegurar al grupo un futuro brillante en el arte coral. Interpretar este Réquiem erizado de dificultades deviene una prueba de fuego, de la que han salido bien librados los muchachos. “Estoy admirado -nos comentaba el Dr. Mendiburu- pues a pesar de su juventud, estos chicos nos han demostrado sus facultades ¡Enhorabuena!” Y estamos de acuerdo. Vayan nuestro agradecimiento al brillante tenor y maestro Miguel Mena y a su coro, al Gobierno del Estado, a la Sría. de Educación, al Centro Estatal de Bellas Artes y a su Area de Música. Ha sido una noche inolvidable.
“Cuando logro escuchar el silencio”
Por Gabriela Flores Abuxapqui
Cuando logro escuchar el silencio mi corazón se conecta con el universo y en el alma suceden cosas extraordinarias, aprendí que si hay piedras en mi sendero hay que patearlas, seguir adelante tratando de disfrutar de mi tiempo porque simplemente nunca regresa, no me quiero arrepentir de haberlo perdido dejando escapar los más bellos sueños y anhelos, sé también que todo momento indicado tarde que temprano llega, sólo es tener la paciencia. Porque los tiempos son simplemente perfectos y cuando ya nada espero la vida me sorprende con lo que menos imagino, no tiene edad, distancia, perdura, en la mente, alma, corazón, por eso no borro ningún día de la vida pues de todos ellos algo he aprendido. Unos me han dado alegrías otros experiencias, las peores me han enseñado agradecer, valorar, crecer como persona.
Cuando no entiendo lo que está pasando pienso en el único regalo que no se da dos veces: la vida, mi vida, pues cada uno tiene un valor incalculable, entendí también que la nobleza del alma vale más que cualquier riqueza que poseo.