El gran músico Juan Sebastian Bach era portador de un gran sentido del humor.
Casi siempre andaba escaso de dinero para el sostenimiento de sus hijos. Una noche, cuando sus limitaciones pecuniarias tocaban fondo, les dijo:
–Si alguno de ustedes acepta acostarse a dormir sin cenar, recibirá un florín.
Todos aceptaron irse a la cama sin probar bocado; a la mañana siguiente todos se levantaron con el hambre atrasada y el jefe de la familia dijo:
–Ahora, el que quiera desayunar tendrá que pagar un florín –todos tuvieron que apoquinar.
Antología del Chascarrillo
Segunda Epoca