Yucatán

OPICHEN.- La actividad milpera en este municipio ha sido lenta porque la falta de lluvias ha retrasado las siembras; “los arriesgados” sembraron desde hace 1 mes pero la mayoría lo hizo hace una semana, cuando hubo un fuerte aguacero; sin embargo, hay otros que apenas preparan el terreno.

De acuerdo con los hombres de campo, en esta región los productores no pierden la cosecha con la siembra atrasada, sino la oportunidad de resembrar 2 o hasta 3 veces.

POR ESTO! acompañó ayer a productores de maíz en su actividad, algunos sembraban, otros rociaban herbicida, otros más podaban o simplemente pasaban a ver cómo va el cultivo.

En el valle que se forma en Opichén, los productores comenzaron desde marzo a prepararse para la milpa, lo que implicó terminar de cosechar, limpiar el terreno, quemar y mantener sin hierba la tierra para estar listos cuando lleguen las lluvias.

Los productores se esperanzan de las precipitaciones de finales de mayo o principios de junio, por lo que las siembras las hacen desde mediados de junio y el ciclo corto de la semilla que usan les permite cosechar en 3 meses y vuelven a sembrar, para aprovechar al máximo las lluvias.

Sin embargo, este año las lluvias han estado retrasadas, fuera de tiempo, y en lugar de sembrar en mayo o junio, lo están haciendo hasta ahora.

Raymundo Tec Che sembraba ayer los mecates de su suegro con semilla Santa María; confía en que pronto llegue la lluvia porque el último aguacero fue hace una semana y la tierra ya se ve seca.

“Estoy sembrando, pero la lluvia no ha llegado muy bien; las que se ven allá más crecidas es porque las sembraron hace como un mes, son los arriesgados, son los que quieren alcanzar 2 o 3 siembras más, porque esta semilla en 2 meses y medio o 3 ya está lista, muchos doblan la planta y vuelven a sembrar para aprovechar las lluvias; sembrar tarde no hace que se pierda la cosecha, sólo que se pierde la oportunidad de volver a sembrar y se tienen más riesgos, porque con la tierra seca los pájaros se comen la semilla y si brota, los tejones y animales se lo comen también; por eso es que urge la lluvia”, relató al tiempo que arrojaba dos semillas al hueco que formaba con el palo en cada paso que daba.

Al hacer pausas en su camino y mirar a lo lejos, recordaba que sus mecates los sembró hace 3 semanas, donde metió ibes, calabaza y maíz.

“Estos mecates son de mi suegro, son 30 mecates y los tengo todos sembrados, esto de mi suegro si llueve, a los 5 días ya brota; esta semilla se va echando de 2 en 2, y se puede combinar con calabaza o ibes, pero no de mucho maíz, porque si no, no se da, compiten y ya no desarrolla”, explicó.

Mostró algunos terrenos de quienes van todavía más atrasados, ya que ni siquiera han limpiado el terreno, a pesar de haber preparado todo desde marzo.

“Se desalienta uno, porque ya está todo listo y nada que cae el agua; por eso algunos se arriesgan y siembran aunque no haya caído bien la lluvia”, dijo.

Explicó que en su mayoría la milpa la trabajan los propios dueños, o bien se pagan jornales de 150 pesos por trabajar 20 surcos por 100 metros, ya que el sol no permite trabajar más.

“Muchos se desesperan y siembran, pero luego se quema la planta por falta de lluvia; estamos preocupados, pero qué hacerle, si dependemos de las lluvias; normalmente en mayo ya está el agua y así se logran las 2 o 3 siembras, así lo aprendí de mi padre, que desde los 7 años me enseñó lo de la milpa, a veces iba a la escuela y otras me venía a la milpa, la gente de ahora lo que quieren es irse a trabajar a Mérida, no les gusta la milpa”, añadió

“Su rociada”

En otro terreno de la zona, Benito Che Chan aplicaba herbicida; explicó que de esta manera estaría listo para poder sembrar en cuanto arreciaran las lluvias.

“Cayó agua hace 1 semana y sembré un poco, pero son 5 hectáreas las que trabajo y sólo pude sembrar 1; así con la rociada voy a poder tener listo otro más, para poder sembrar cuando vuelva a llover.

“Todo este terreno estaba listo desde mayo o junio, pero nada que cayeron las lluvias, por eso ahora es que muchos estamos trabajando en rociar o en sembrar”, dijo.

Relató que usa la semilla Santa Rosa, que es de sus propias cosechas y le permite tener bueno rendimientos en 3 meses.

“El año pasado de las 5 hectáreas que trabajé en 2 tuve buena cosecha, pero la tuve que vender porque se necesitaba el dinero y a mí no me ha llegado esa ayuda de Bienestar para Producir, (antes Procampo), así que hay que trabajarle, porque a mis hijos no les gusta eso del campo, se van a Mérida”, expresó.

Al igual que Che Chan, Carlos Ordoñez Euán trabajaba aplicando herbicida y “revisaba” cómo iban las siembras de hace 1 semana.

“Cayó la lluvia hace una semana y sembré esto, ya están brotando, véalo acá están, también la calabaza, vine a ver cómo van porque estoy rociando en otro terreno para estar listo con otra lluvia y venir a sembrar”, dijo.

“Un ojo”

Luis Caamal Ordóñez, joven agricultor, fue al terreno a “echar un ojo” y ver cómo estaban brotando las plantas de maíz, ya que apenas las sembró hace 15 días.

“Vinimos a echar un ojo, a ver cómo van, porque apenas sembramos, pero no ha vuelto a llover, se necesita una buena lluvia, ojalá que caiga, mientras ya nos llevamos unos mangos”, apuntó.

En esta zona productiva, que ha solicitado sistema de riego desde hace años, se observaba movimiento de quienes acudieron a sembrar, desyerbar o aplicar herbicida.

A las 10 de la mañana, los que habían madrugado, se dirigían a la empinada subida del cerro a pie o en bicicleta para volver otra vez mañana.

Los productores relataron que la semilla que usan les permite rendimientos de hasta 2.5 toneladas, aunque en condiciones desfavorables han logrado 1.5 toneladas.

En Maxcanú

En la comisaría de Granada, en Maxcanú, José Manuel Jesús Tut Tzuc sembraba en su milpa semilla morada.

“Esta semilla a los 3 meses da y es de los grandes, me la regalaron, me dieron medio kilo para probar y así estoy sembrando un mecate, todo lo demás es con híbrido.

“El 15 de junio se trancó la lluvia y apenas volvió a caer y por eso hay que sembrar, hay que aprovechar, ya metí calabaza, allá se ven las hojas, también ibes y también lenteja, esas matitas de allá son lentejas.

“La milpa roza la preparé desde marzo y hasta ahorita estoy sembrando, son 17 mecates; mi difunto papá me enseñó cómo hacerlo y trabajo 2 hectáreas; esta siembra así en septiembre y octubre estará lista. El año pasado tuve 18 bultos de mis 23 mecates y tuve cosecha desde octubre hasta hace 2 meses que se gastó y he tenido que comprar”, dijo.

Los hombres de campo de esta zona poniente y el resto del Estado aprovechan las lluvias que han caído y han coincidido que será una milpa retrasada.

POR ESTO! ha informado que en Yucatán más de 104 mil hectáreas se destinan a la siembra de maíz de temporal, es decir, dependen de las lluvias de esta temporada para lograr las cosechas.

La cosecha de temporal, significa para los productores casi 80 mil toneladas para su consumo.

“Por lo menos ya cayó el agua, ahora que caigan otras más para que pegue bien”, concluyeron.

(Verónica Martínez)