Yucatán

De famas permanentes a famas evanescentes

Víctor Salas

Los artistas y las agrupaciones artísticas del pasado tenían mucho cuidado con su historial. Ordenaban todo, de manera tal, que dadas las circunstancias, se podrían reconstruir todo aquello que hicieron y en el lugar que lo hicieron.

El programa de mano, el boleto, la sinopsis de la obra, datos del autor y de los ejecutantes eran información considerada fundamental por cualquiera que desarrollara una actividad teatral. El futuro importaba mucho, el destino de los trabajos era considerado para la historia, de ahí el cuidado en dejar documentos de toda actividad.

Por ejemplo, si yo quisiera reconstruir la vida teatral del grupo de Eric Renato Aguilar, tendría varias formas de llegar a la información y escribir sobre su carrera de director y de la de sus actores y actrices. ¿Cómo? Los anuncios que hicieron en la prensa serían la primera fuente de información, las reseñas de los críticos teatrales la segunda, los programas de mano la tercera y las anécdotas populares la última. Así podría hacerse con Luis Armando Trejo, Enrique Cascante, Francisco Marín, Fernando Muñoz, María Alicia Martínez Medrano, Héctor Herrera “Cholo”, Enrique Martínez y tantos otros que quisieron dejar huella en la historia del arte yucateco.

Un anuncio en la prensa escrita significa todo lo anterior, por las fotos, las críticas, las entrevistas y otras actividades difusivas.

Los artistas jóvenes de hoy, sus agrupaciones, grandes o pequeñas, han suprimido del todo su presencia en los medios impresos de comunicación y se han volcado a tener presencia en las redes sociales. Pero ellas, no dan historia. Pueden anunciarse todos los días, pero no queda registro para la historia. Y si la hubiera, es probable que fuera de poco valor, porque las reseñas y críticas, el documento en sí, vendría del propio director y no de un agente externo, que es el crítico. Por eso dicen que hay mucha actividad cultural en Mérida, pero no se ve, porque toda la información está expuesta en el internet. Y ella desvanece lo del día y lo del futuro.

Independientemente de lo anterior, también el impacto difusivo de la red ha disminuido porque hay demasiada gente ya, que ha abandonado las redes “porque quitan mucho tiempo”, “porque todo son puros chismes y demasiadas cosas personales que no interesan a la sociedad”.

Una foto en el celular puede desparecer para siempre si ese aparato se extravía, o no se sube a la nube cibernética. Una imagen pasada al cartón fotográfico puede tener larga vida. Y si es una foto periodística, tendrá presencia eterna.

La comunidad artística, quizá, no haya razonado al respecto. Y si algunos de ellos tienen presencia en la prensa es porque el criterio de los directivos apunta a dar ese sentido al arte de la localidad.

POR ESTO! es un rotativo que mantiene la posición de cubrir todo lo posible de actividades artísticas y culturales, ayudando con ello a una historia posible en las artes.

Cualquier investigador, para reconstruir hechos, va a la biblioteca o a la hemeroteca. No me imagino una investigación social, iniciada con información del face. No sé de alguna, pero si la hubiera, me sería muy grato que me lo informaran.