Yucatán

Saldrán a la pulpeada, haya o no acuerdo sobre el precio

SISAL.- A seis días del arranque de la temporada de pulpo en Yucatán los hombres de mar limpian, lavan y alistan los alijos, así como lanchas y jimbas, para salir a la captura el primero de agosto, a pesar de no haber compradores, quienes presionan para retrasar el arranque hasta septiembre.

“Ni modos, no hay de otra, aunque no haya precio y se rumore lo que se rumore vamos a salir al pulpo, no hay de otra, hay que comer”, expresaron hombres de mar que regresaban de 2 días de viaje con la nevera semillena de rubias y algunos meros.

Aseguraron que después de descargar, pesar y descansar un poco se prepararán para la pulpeada, que inicia el jueves 1 de agosto.

En el puerto de abrigo de Sisal era visible el ir y venir de los hombres de mar que fileteaban, cargaban o descargaban sus embarcaciones, pero también de quienes aplicaban fibra de vidrio en sus lanchas o pintaban los alijos, así como de quienes lavaban sus embarcaciones.

Guadalupe Alvarez, presidente del comité náutico de este puerto, confirmó que los permisionarios, empresarios y las cooperativas pesqueras se preparan para la temporada de pulpo 2019, a pesar de que los industriales les han advertido que no comprarán pulpo hasta finales de agosto o principios de septiembre, “porque tienen muchos inventarios”.

“Ya llegaron las jimbas, ya están casi listos los alijos, los plomos, la piola pulpera y todo está preparándose, apenas vamos a ver a cómo viene la carnada, porque el inconveniente que vemos es el precio, porque hay compradores (industriales) que no van a empezar a comprar, supuestamente porque tienen pulpo congelado y nos quieren frenar a que salgamos hasta mediados o fines de agosto o principios de septiembre.

“Nos dicen que el precio viene de 50 a 60 pesos el kilo al pescador, cuando el año pasado estaba en 100 y 120 pesos, es un golpe fuerte en precio, pero nosotros nos preparamos y saldremos el 1 de agosto, con o sin compradores industriales, venderemos, nosotros no podemos parar, la necesidad de los pescadores es mucha”, dijo.

‘Crisis en escama’

Apuntó que en lo que va del año la captura de escama es muy baja, por lo que la temporada del pulpo es un aliciente para los pescadores ante la difícil situación que enfrentan, ya que salen a la mar por dos días y regresan con bajas capturas que no les permiten ni siquiera cubrir los gastos.

“Hay una crisis en escama, no hay ni mero ni canané ni rubia, por eso el pulpo es una esperanza. Se van 1 o 2 días y regresan con 30 o 40 kilos por lancha, pero gastan 130 litros de gasolina, 1,500 pesos de viáticos; los pescadores regresan endeudados.

“El canané se paga al pescador en 75 pesos el kilo, la rubia a 70 pesos, el mero mediano de 700 gramos en 80 a 100 pesos el kilo al pescador y el mero grande en 140 pesos y el negrillo en 190 pesos; el problema es que no hay, así ha estado desde diciembre que se acabó la temporada de pulpo. La situación no es fácil, el pescador quiere salir al pulpo. Hay pulpo, los buzos ya nos dijeron que sí hay, también hay sargazo, pero con la difícil situación se busca salir el 1 de agosto, hay o no haya comprador industrial”, insistió.

Alberto Núñez Morales reparaba en el puerto de abrigo los alijos: “Desde hace un mes empecé a repararlos, ya ni sé cuántos reparé, pero está muy metido el tiempo, en otros años se empieza esto en dos meses antes, ahorita apenas termine y tendré que preparar mi lancha, porque soy pescador, saldremos al pulpo, no hay de otra, hay que comer”, dijo.

Los especuladores

Explicó que cada inicio de temporada hay especulación e incertidumbre por el precio que se pagará al pescador, pero este año es extraordinario porque los compradores, los grandes industriales con capacidad para almacenar, dicen tener muchos inventarios porque no vendieron al precio que querían y llegaron a esta temporada con producto congelado.

“Ellos (los industriales) manejan la especulación para tratar de bajar el precio. El año pasado el precio estuvo alto, compraron caro y no quisieron desplazar el pulpo, esperando aumentara en cuaresma y como no subió, se quedaron con el pulpo y ahora están forzando a que baje el precio.

“Nosotros no podemos almacenar, congelar, no tenemos la infraestructura ni el recurso, pero el precio de La Viga es claro, está a 140 pesos el kilo y es referencia del mercado local; normalmente el precio nacional es estable, el que tiene altas y bajas es el internacional, pero nosotros como pescadores no alcanzamos a vislumbrar si está bajo el precio o es pura especulación. Los compradores que vienen acá dicen que van a comprar para mediados o fines de agosto, pero a nosotros la necesidad nos hará empezar y venderle al mejor postor en playa”, dijo.

Recordó que hace 10 años también había un exceso de pulpo congelado y había especulación en el precio y presión por retrasar la temporada.

“Llevábamos 3 o 4 años con precios al pescador de más de 100 pesos el kilo de pulpo, y ahora dicen que se desploma, pues es muy difícil. Aún así nos preparamos y saldremos, lo estamos haciendo con recursos propios, cuando en otras temporadas el comprador da adelantos y financia los preparativos”, dijo.

Más cara la carnada

Aún no se define el precio de la carnada del pulpo, ya sea ocol o jaibas; el año pasado estaba en 120 pesos el kilo.

Alvarez destacó que en Sisal trabajan en el pulpo de 3 a 4 mil pescadores, de los cuales el 60 por ciento llegan de Hunucmá para la temporada y el resto son pescadores todo el año. Y hay de 800 a 900 lanchas que están en los preparativos para salir a pulpear.

“En Sisal, como en todos los puertos habrá un censo, tendremos un reordenamiento y se reestructurán los comités náuticos para que logren su figura jurídica”, dijo.

Detalló que la mayoría de los pescadores y lanchas trabajan con la cooperativa de ribereños de Sisal, y el resto con la empresa Inpesmar, y con otras 6 cooperativas como Pulga de mar, Pescadores del golfo y Ría de Celestún, entre otras.

Ordenamiento

Alvarez, que también es líder de la cooperativa pesquera Ribereños de Sisal, manifestó que como parte del ordenamiento y cambios legales que se le puedan hacer a la Ley de pesca, estará el tema de transferencia de permisos y si se logra, podrá regresarle los permisos a los pescadores que en algún momento no hicieron el trámite de transferencia, cuando la ley lo permitía.

“En 1980 surgió la cooperativa con triple S y por más de 15 años operamos, pero se exigieron permisos y migramos a otra figura, fue cuando surge Tigres del mar y muchos pescadores se acercaron para que tramitáramos los permisos, aclarando que los permisos eran de ellos y que era un arrendamiento, y hubo quienes en su tiempo quisieron separarse y llevarse su permiso y en ese tiempo había una oportunidad, una salvedad que se hizo a la ley para hacer transferencias de permisos y firmé las cartas de sesión de permisos y asignación, pero hubo quienes no hicieron el trámite y ahora reclaman su permiso, pero la ley ahorita no lo permite.

“Cuando la ley lo emérita, se les regresan sus permisos, no hay intención de quedarse esos permisos, son de ellos, pero por alguna razón no hicieron su trámite cuando era tiempo”, relató Alvarez.

POR ESTO! publicó en su edición del 28 de junio la queja de pescadores de este puerto ante el director de ordenamiento de Conapesca, César Julio Saucedo, porque Álvarez les quitó sus permisos.

Sin embargo, ayer recalcó que en ningún momento la cooperativa pretende quedarse con los permisos, ya que en su momento los regresaron, pero los pescadores no finalizaron el trámite y hoy la ley no permite hacer transferencias.

“Cuando se dieron los permisos, muchos pescadores dijeron que la cooperativa sacara los permisos y trabajarán como arrendamiento con el compromiso que cuando se quitaran, se les cedería. Conapesca dio la oportunidad de las transferencias y así fue que les firmé el desistimiento y la asignación, pero no terminaron el trámite y pasó el tiempo y se perdió y hoy la ley no permite hacerlo. No hay ningún dolo, cuando se pueda la transferencia, se les devuelve su permiso”, insistió.

Recordó que Tigres del mar cerró por un problema laboral y se creó Ribereños de Sisal, una cooperativa de 25 socios y 600 hombres de mar trabajan en ella, así como 10 socios en planta con despachos, insumos y recepción.

(Verónica Martínez)