Pilar Faller Menéndez
Conocido popularmente como el “Ángel de la Independencia”, uno de los monumentos más emblemáticos de la Ciudad de México con una altura de casi 95 metros, cuya estructura sostiene la estatua hueca de un ángel hecho de bronce, que representa la Victoria Alada próxima a emprender el vuelo.
El nombre oficial es el Monumento a la Independencia, y como se mencionó, es la escultura de un ángel la cual fue colocada en el Paseo de la Reforma en el año de 1910 con motivo de la conmemoración del centenario de la independencia de México durante el mandato de quien fuera presidente, Porfirio Díaz.
Se trata de uno de los monumentos más emblemáticos de la capital de nuestro país, y por décadas ha sido tradición ser el punto de reunión para los festejos más tradicionales de nuestro país, ya sea políticos, deportivos, o también para protestas de grupos cívicos o de ciudadanos.
El dos de enero de 1902 fue colocada la primera piedra de esta estructura por el general Porfirio Díaz. Dentro de la misma, fue colocado un cofre dorado que contenía el acta de la independencia y unas monedas de la época. El arquitecto responsable de este proyecto, fue el mexicano Antonio Rivas Mercado, y las esculturas y bajorrelieves estuvieron a cargo del escultor italiano Enrique Alciati. El ingeniero Roberto Gayol tuvo a cargo la obra civil del monumento.
Después de llevar cuatro años trabajando en este proyecto, los ingenieros se percataron de que uno de los lados del monumento estaba hundido, por lo que hubo que demoler las bases y 2,400 piedras que ya alcanzaban una altura de 25 metros para comenzar de nuevo este proyecto.
La demora en la construcción tuvo una feliz coincidencia, ya que el monumento fue inaugurado en 1910 coincidiendo con la conmemoración del centenario de la Independencia de México. El monumento tuvo un costo total de dos millones 150 mil pesos, de los de hace ciento diecinueve años.
Trece años más tarde de su inauguración, en el interior del pedestal de la columna se realizaron trabajos, con el fin de acondicionarlo para poder colocar las urnas con los restos de los héroes de la independencia que se encontraban en la Catedral Metropolitana, y en otras ciudades del país.
El 28 de julio de 1957, un fuerte terremoto arrasó con la Ciudad de México, y la escultura del ángel quedó destrozada, por lo que para su restauración fue necesario reforzar la columna que la sostenía con placas de metal, así como las piedras de la escalera interior. Tuvo que construirse otra Victoria Alada (otro ángel). Un año más tarde, se llevó a cabo la reinauguración del monumento más famoso de México, el 16 de septiembre de 1958.
La estatua del Ángel sostiene en la mano derecha una corona de laurel, la cual está con una actitud de ser colocada en la cabeza de nuestros héroes. En su mano izquierda, cuyo brazo se encuentra extendido hacia abajo, sostiene una cadena rota de tres eslabones, los cuales representan los tres siglos del virreinato y la dependencia política que tuvo el país de España. El monumento está revestido de hoja de pan de oro.
En el lado suroriente de la columna, están inscritos los nombres de Iturbide y Allende, y en el surponiente los de Mier y Terán y Galeana. Al norponiente los de Victoria y Rayón y en el nororiente los de Matamoros y Aldama.
En la parte superior del pedestal puede observarse un grupo de esculturas llamadas “Apoteosis del Padre de la Patria”, de las cuales dos son unas figuras simbólicas: la de la Musa de la Historia, y la otra, la Musa de la Patria. La tercera figura es la del cura Miguel Hidalgo, quien se encuentra de pie con la bandera mexicana en alto.
El pedestal, cuya base es cuadrada, tiene en cada extremo una estatua correspondientes a José María Morelos y Pavón, Francisco Xavier Mina, Nicolás Bravo Pavón y Vicente Guerrero Saldaña. En la fachada se encuentra colocada una placa de mármol con la siguiente inscripción: “La nación a los héroes de la independencia”.
En el primer descanso del pedestal se encuentra la escultura de un león el cual es conducido por un niño, que simbolizan la fuerza y la inteligencia. En los extremos se encuentran cuatro pedestales donde se encuentran sentadas La Paz, La Guerra, La Justicia y La Ley.
Debajo de estas figuras, se encuentran los nombres de 24 patriotas que hicieron posible la independencia de México, como fueron los precursores: Melchor de Talamantes, Francisco Primo de Verdad y Ramos, y el Marqués de San Juan de Rayas; los Consumadores: Pedro Ascencio, José Joaquín de Herrera y Miguel Barragán. Los Caudillos: Mariano Jiménez, Leonardo Bravo y Pedro Moreno. Los Guerrilleros: Encarnación Ortiz “El Pachón”, Víctor Rosales y José Antonio Torres. Los Escritores: Servando Teresa de Mier Noriega y Guerra, Joaquín Fernández de Lizardi y Carlos María de Bustamante. Los Congresistas: José María Cos, José María Liceaga y Andrés Quintana Roo. Las Heroínas: Josefa Ortiz de Domínguez, Leona Vicario Fernández de San Salvador, Mariana Rodríguez del Toro de Lazarín, Los Conspiradores: José Mariano de Michelena, Epigmenio González y Antonio Ferrer. (Muchos nombres de personas que no me acuerdo haber estudiado en mis clases de historia, y que sería interesante conocer su contribución para lograr la Independencia de México).
Puede afirmarse hasta hoy, pasados 119 años de haberse erigido, que el Ángel de la Independencia significa para los mexicanos más que un monumento decorativo del Paseo de la Reforma: es un recordatorio del esfuerzo y la sangre de todos los hombres y mujeres que lucharon por nuestra independencia. Es un monumento a nuestra libertad que constituye el homenaje más importante de la historia de México.