Yucatán

Un domingo en Cholul

 

 

 

 

 

Dra. en Arq. Yolanda Fernández Martínez

Pensando con la Ciudad

La inversión pública en infraestructuras para plusvalía inmobiliaria

y la movilidad en las comisarías de Mérida

I

Este es el gran reto de Mérida. Conciliar los intereses de la periferia, con base en las necesidades de la población de las comisarías, que luego quedan enfrascadas entre tanta inversión dispersa, al mismo tiempo que se garantice la calidad de vida, así como mantener la plusvalía inmobiliaria. Ya que habría que pensar si todos aquellos que están invirtiendo en la periferia, como es el caso de Cholul, tienen garantizado que su patrimonio mantendrá su valor en las próximas décadas, más que cualquier otra parte de la ciudad, precisamente por las inversiones en infraestructura urbana que actualmente se hacen o no, a favor de la movilidad.

Hay dos temas relevantes y oportunos para la ciudad de Mérida que tienen que ver con su crecimiento y desarrollo urbano, así como con la calidad de vida que se les ofrece a habitantes. Uno de ellos tiene que ver con la relación que existe entre lo que ocurre al interior del periférico y lo que se genera en su periferia, es decir, ¿cuáles son los impactos y las tensiones que se generan entre Mérida y sus comisarías a partir de la expansión urbana? Y el segundo tema se refiere al tipo de inversión pública que se destina para el diseño y construcción de las infraestructuras, que para el presente caso de Cholul nos referiremos a las de la movilidad.

Por tanto, el crecimiento y expansión de Mérida tiene viarias lecturas. Una de ellas puede ser el desarrollo inmobiliario, como parte de una economía en movimiento e importante para la región, pero de la mano se puede considerar que mientras las necesidades urbanas y sociales se dispersan, se requiere como consecuencia de mayor control sobre la asignación de recursos y, sobre todo, equilibrar y priorizar las acciones de gobierno para que el discurso sobre la sustentabilidad, equidad y accesibilidad universal, sean una realidad en la vida de las personas.

Es por ello que monitorear cómo crece la ciudad, implica también ir construyendo estrategias en torno al diseño, construcción y financiamiento de las grandes infraestructuras que nos garantizan a todos la eficiencia urbanística y, como consecuencia, la plusvalía inmobiliaria. Esto significa que la autoridad debería analizar los problemas que actualmente la expansión urbana incontrolada genera en la relación Mérida y sus comisarías, para que concentre sus esfuerzos en prever los impactos en el corto, mediano y largo plazos, y con ello evitar que esta relación centro-periferia se convierta en una camisa de fuerza que impida el sano desarrollo urbano, simplemente porque nunca se previeron los espacios para las infraestructuras para la movilidad y los equipamientos correspondientes.

Para el caso de la comisaría de Cholul, es interesante ver el movimiento que tiene los domingos, con sus actividades comerciales propias de la plaza principal, así como los desplazamientos de los locales en bicicletas y tricitaxis, los cuales se mezclan entre los autos de los nuevos vecinos de los desarrollos habitacionales de los alrededores. Sin embargo, hay que considerar que la tranquilidad del domingo en plenas vacaciones escolares contrasta con las necesidades de movilidad que la población tiene para ir al trabajo o a la escuela. Es por ello, que la planeación de la ciudad debe hacerse con base en las necesidades reales de la población actual y sus requerimientos a futuro, estableciendo una red de impactos y escenarios que garanticen dos cosas en simultáneo: la calidad de vida de las personas y la plusvalía de las inversiones inmobiliarias.

Éste es el gran reto de Mérida. Conciliar los intereses de la periferia, con base en las necesidades de la población de las comisarias, que luego quedan enfrascadas entre tanta inversión dispersa, al mismo tiempo que se garantice la calidad de vida, así como mantener la plusvalía inmobiliaria. Ya que habría que pensar si todos aquellos que están invirtiendo en la periferia, como es el caso de Cholul, tienen garantizado que su patrimonio mantendrá su valor en las próximas décadas, más que cualquier otra parte de la ciudad, precisamente por las inversiones en infraestructura urbana que actualmente se hacen o no, a favor de la movilidad.