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Memín Pinguín, una controvertida pero icónica historieta mexicana

Pilar Faller Menéndez

Creada por Yolanda Vargas Dulché, esta publicación semanal se convirtió con el paso de los años en un ícono de la historieta mexicana, que llegó a ser controvertida, ya que el personaje principal era la representación estereotípica de los afromexicanos, que algunas personalidades calificaron de racista.

Su personaje principal fue inspirado en los estereotipos internacionales de la raza negra, el cual carecía de aptitudes intelectuales que siempre lo convertían en el hazmerreir. Los únicos personajes afromexicanos de la historieta eran Memín y su madre, en los cuales podían encontrarse ciertas coincidencias con personajes estadounidenses que surgieron durante la época de segregación en Estados Unidos, motivo por el cual esta famosa historieta mexicana fue tachada de racista.

Sin embargo, la relevancia de esta historieta mexicana se justifica como un ejemplo de valores familiares, a pesar de que una parte de la sociedad la cuestionó y rechazó, ya que formó parte de un ejemplo del racismo que se vivió en México en pleno siglo XX. El dibujante de este simpático personaje fue Sixto Valencia Burgos, quien falleciera en 2015.

Se hizo popular al grado de que fue traducida a otros idiomas, y el Ministerio de Educación de Filipinas la convirtió en una lectura obligatoria en las escuelas, ya que consideraba que enaltecía los valores humanos hacia la familia.

Debido a las protestas de afroamericanos y latinos, la publicación fue retirada en 2008 de una cadena de supermercados, ya que estos grupos consideraban que Memín Pinguín se asemejaba a un mono. De igual manera, fue criticada y rechazada por algunas asociaciones civiles afroamericanas.

Probablemente uno de los mayores rechazos hacia esta historieta fue que su creadora era una mujer blanca mexicana, quien se inspiró en el nombre del personaje en el apodo de su esposo Guillermo de la Parra Loya, cuyos amigos lo tachaban de “pingo” (travieso), y “Memín” por ser el diminutivo de Guillermo.

Esta popular historieta actualmente fuera de circulación tuvo 372 capítulos semanales publicados en color sepia, los cuales fueron reeditados en 1963 y en 1988 a color. En 1980 llega hasta el capítulo 1000, volviéndose a reeditar en 2002. Este personaje aparece en los timbres postales, lo cual crea una gran controversia, a lo cual se le saca provecho para lanzar una “Edición Homenaje” en 2008, pero al llegar al número 327, se le hacen modificaciones a las historias y a los dibujos, lo cual hizo que decayera la calidad. En 2011 se edita “Memín Pinguín regresa”, la cual fue interrumpida en abril de 2015 llegando solamente al número 186. La decadencia de esta historieta es plausible, ya que en enero de 2016 solamente había llegado al número 6.

El argumento de esta historieta trata sobre las aventuras de Memín, un niño de color ingenuo, pero a la vez malicioso y algunas veces hasta tramposo, que con sus compañeros viven en constantes problemas por sus travesuras. Vale la pena recalcar que sus amigos eran blancos y demostraban un constante desprecio a su presencia.

Dulché declaró que la figura de Memín surgió al ver a los niños cubanos que conoció durante un viaje a la isla, pero la representación del personaje como niño negro sí contiene representaciones racistas, ya que su apariencia física es deformada hasta parecerse más a la figura de un simio con unos ojos enormes y anchos, piernas cortas y un tronco largo y unos labios desproporcionados al tamaño de su cara, figura que no coincide en proporciones con los otros personajes de la historieta.

Por lo anterior, era de esperarse que causara indignación una representación de un personaje de raza negra, que se asimilaba más que a un humano, a un mono. Las historias que contenían muchas tenían una trama inocente de las historias que vivía la pandilla de amigos, hasta el drama y crudeza de algunas tramas que llegaron a causar polémica.

A pesar de todo lo anterior, es una historieta que ha pasado a formar parte de la historia popular de nuestro país, la cual no fue censurada, al grado tal que tuvo varias reediciones, pero que no deja de ser controversial por las interpretaciones de racismo que conlleva. En 1983 la historieta comienza a circular en países como Colombia, Venezuela, Puerto Rico, Panamá, República Dominicana y Ecuador, muestra de la gran popularidad que llegó a alcanzar, lejos de ser rechazada.

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