Yucatán

Rumbosa vaquería engalana inicio de los festejos patronales

MAMA, Yucatán, 11 de agosto.- En medio de baile, algarabía, pirotecnia y coloridos ternos, se celebró la magna vaquería que marcó la apertura de la tradicional fiesta en honor a Nuestra Señora de la Asunción, patrona del pueblo, a efectuarse del 10 al 18 de agosto.

Puntuales a la cita anual, decenas de parejas jaraneras del municipio y sus alrededores engalanaron la plaza principal, que la noche del sábado retumbó con las notas de la música vernácula del Estado, interpretada por la orquesta de Arturo González, alternando con Víctor Soberanis.

Ante los grupos jaraneros asistentes, se efectuó la coronación de la joven Brianda Lajaida Teh, embajadora de la fiesta tradicional de Mama en honor a la venerada Asunción, a cargo de autoridades municipales y demás personalidades.

Posteriormente, al filo de la medianoche se dejó escuchar “Aires Yucatecos”, en medio de un despliegue de pirotecnia y algarabía que matizaron de tradición y cultural la apertura de las festividades patronales.

Como en toda vaquería, acompañados del sonido de las “dianas”, los grupos jaraneros del municipio y poblaciones circunvecinas hicieron su presentación ante la concurrencia para ejecutar magistralmente cada una de las jaranas hasta el amanecer.

Esa noche, melodías como “Flor Brito”, “Peregrina”, “El Chinito koy koy”, “Nicte-Há”, entre otras más, deleitaron a las familias que abarrotaron las inmediaciones y el Palacio Municipal para disfrutar de varias horas de cátedra dancística.

Como en toda fiesta de pueblo, las mestizas dieron muestra de la hermosura del traje regional con los bordados vivos y brillantes multicolores, como expresión de una cultura viva, así como de ornamentas que dieron lucidez a su atuendo, que hicieron juego con los singulares labios carmín.

Por su parte, los caballeros no se quedaron atrás y lucieron elegantes trajes blancos -algunos con bordados en punto de cruz-, complementados con sombreros modestos y refinados.

La noche del sábado, chicos y grandes disfrutaron de la velada regional, donde los tacones y alpargatas se movían y rechinaban al compás de la música. Como en toda regia vaquería, el porte y elegancia fueron el sello representativo de las parejas.

Sin duda, la comunidad se llenó de colores y alegría tras la visita del centenar de personas y parejas jaraneras. Por ser fin de semana, la vaquería estuvo en su tope.

Como cada año, la venerada efigie es congratulada por los lugareños con jornadas de actividades que incluyen desde las religiosas hasta las profanas, como muestra de agradecimiento de su pueblo.

(Carlos Ek Uc)