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La labor del Dr. Hideyo Noguchi fue de vital trascendencia no sólo por sus aportaciones a la investigación de las enfermedades infecciosas, sino porque se trató de una persona que a pesar de todas las adversidades logró salir adelante, ser médico y siempre tuvo el objetivo de trabajar por la humanidad, se destacó ayer en la mesa panel que se organizó en el marco del centésimo aniversario de la llegada de ese científico japonés a Yucatán.

En acto que se llevó a cabo en el Salón de Consejo de la UADY, especialistas hablaron de la gran labor del Dr. Hideyo Noguchi, de sus aportaciones, pero sobre todo de su calidad humana y búsqueda constante del bienestar de toda la raza humana, aunque ello lo haya llevado finalmente a morir víctima de una de las enfermedades que él investigaba.

Salvar vidas

Sunichi Homma, presidente de la Asociación Memorial de Hideyo Noguchi en Nueva York, destacó que la mayor contribución de Hideyo Noguchi a la humanidad es haber salvado vidas, pues consideró que finalmente la ciencia médica debe tener siempre ese fin.

Destacó que, como parte de sus investigaciones, descubrió el agente patógeno que causaba la fiebre amarilla. Identificó con éxito el virus leptospirosis.

Por su parte, Yoshitake Yokokura, presidente de la Asociación Médica de Japón, dijo que en ese país se le percibe como una persona que luchó para salir adelante y, al final, tuvo grandes logros para toda la humanidad.

Destacó que Hideyo Noguchi nació en un hogar de agricultores muy pobres, siempre tuvo circunstancias adversas, pero aún así decidió ser médico y después de lograrlo se fue a Nueva York a continuar su formación y, desde el Instituto Rockefeller, se dedicó al estudio de las enfermedades tropicales.

Señaló que lo más destacable es que el Dr. Hideyo Noguchi, a pesar de sus circunstancias y dificultades, se dedicó en cuerpo y alma a luchar por el bienestar del ser humano.

Shunichi Homma subrayó que, en aquellas épocas, un japones no salía de su aldea, pero el Dr. Hideyo Noguchi estudió medicina y luego se fue a Estados Unidos en barco y llegó a San Francisco, viajó en tren por más de 5 mil kilómetros y siempre luchando por aprender y salir adelante.

Afán de colaboración

También habló del afán de colaboración que siempre tuvo, pues no sólo estuvo en México investigando la fiebre amarilla, sino que viajó a otros lugares del mundo.

Yoshitake Yokokura dijo que, en efecto, en aquellos años de fines del siglo XIX, Japón era un país cerrado y apenas empezaba a tener contacto con otras naciones, pero en ese escenario Hideyo Noguchi logró sus metas y sobre todo ayudar a la humanidad.

La Dra. Matilda Jiménez Coello, directora del Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi” de la UADY, destacó el legado que dejó el investigador en Yucatán, sus aportaciones a las investigaciones sobre la fiebre amarilla y lo que lo llevó a identificar el virus leptospirosis.

De igual forma dijo que parte del legado es que, a pesar de sus adversidades, trabajó siempre duro de manera extraordinaria por alcanzar sus metas y ayudar a la humanidad.

El Dr. Hideyo Noguchi estuvo en Yucatán en 1919 e hizo importantes investigaciones sobre la fiebre amarilla, fue un gran ejemplo de cooperación internacional, pero además mostró siempre una gran calidad humana.

Asimismo una enorme capacidad de transmitir sus hallazgos en forma sencilla, sobre todo sus descubrimientos más importantes que fueron sobre la fiebre amarilla.

En Yucatán

Llegó proveniente de Nueva York y, auspiciado por el Instituto Rockefeller, llegó en la fase final del brote de fiebre amarilla que azotaba a Yucatán. El investigador descubrió el agente causal de dicha enfermedad en Ecuador y en 1919 llegó a la Entidad para seguir con sus investigaciones.

En Yucatán identificó con éxito el virus leptospirosis que era el mismo que descubrió durante su estancia en Ecuador.

El investigador viajó a Ghana, donde falleció de fiebre amarilla a los 51 años de edad, en 1928.

(David Rico)

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