Yucatán

“Estamos en una nueva etapa de exploración espacial, hoy damos vueltas a la Tierra, pero se prepara el regreso a la Luna luego de 50 años, un viaje científico, no político, y después, hacia el 2030, ir a Marte; ahora ya se analiza sobre la comida, si será en impresora de 3D o empaquetada, porque es un viaje de 1 año a la Luna y de 2 ó 3 años a Marte”, relató Víctor de María Pesce, consejero científico del director del Centro Europeo de Astronautas (ESA, por siglas en inglés).

Durante la cátedra “Salud en gravedad cero. Un reto actual”, que organizó la Universidad Anáhuac Mayab, el también astronauta manifestó que este viaje a la Luna no es una regresión, sino una verdadera investigación, ya que el viaje que se hizo hace 50 años era una demostración de fuerza política.

“El viaje a la Luna de hace 50 años era para demostrar quién tenía más fuerza política, si Estados Unidos o Rusia; no se regresa a la Luna para hacer lo mismo, en ese viaje no se investigó, se recopiló piedras que aún se siguen analizando, pero desde el punto de vista médico es impresionante que no fue un objetivo científico y llegó con una potencia informática de 1 por ciento de lo que es un Iphone; se regresa para hacer ciencia, que no se puede hacer en la Tierra; por eso, creo que es más importante y viable regresar primero a la Luna que ir a Marte”, explicó al auditorio en la sesión de preguntas y respuestas.

Alimentación y nutrición

El consejero abordó durante una hora sobre los estudios y viajes al espacio, sobre el origen de la ESA como un órgano independiente, plural y de coordinación entre países. También habló de la nutrición y alimentación de los astronautas, quienes pueden elegir lo que quieren comer dentro de 130 menús y les envían cada dos meses más comida en los viajes de la estación que orbita la Tierra en la actualidad.

Sin embargo, para el viaje a la Luna deberán llevar comida para 1 año, sin la opción de que les envíen comida cada 2 meses, como hasta ahora, por lo que hay propuestas como la impresora 3D en la que se podrá elegir la comida, pero aún no está probado que sea la solución final.

“Vivir en el espacio es hacer diferentes, pero también hay que trabajar, porque una hora de vuelo cuesta 60 mil dólares; por eso se debe trabajar y comer. Se viaja a 28 mil kilómetros por hora para darle la vuelta a la Tierra.

“La alimentación y la nutrición han sido de las primeras investigaciones para los viajes al espacio, porque deglutir en el espacio es diferente, incluso sabe diferente, se pierde un poco el gusto. En la estación en la que se viaja ahora, con la que se da vueltas a la Tierra, se lleva alimento para hidratar. Los astronautas eligen con 6 meses de anticipación sus menús y se hacen pruebas; pensar en el viaje a la Luna es pensar en otra logística para la comida y en eso se trabaja”, dijo.

Cuatro pilares

Recordó que hoy hay 4 pilares que permiten el trabajo coordinado de los países con la ESA: obtener nuevo conocimiento, generar inspiración, un desafío a la innovación y compartir lo logrado con los países.

“Claro que se comparte entre países todo lo logrado, la próxima semana tendré reuniones aquí en México por las fotos del sargazo y su control”, concluyó.

(Verónica Martínez)