El Rey Alfonso XIII era muy respetuoso y consciente de sus responsabilidades y la importancia de la Corona, trataba a todos con cariño olvidándose de la etiqueta.
Un día su maestro, don Vicente Santamaría, le dijo que no tenía derecho a sentarse en la mesa antes que el rey ni cruzar el umbral de una puerta antes que él.
–“Majestad, el rey siempre será el primero en todo”.
–Don Vicente, no será así, porque usted siempre será mayor que yo y siempre será mi maestro.
