Las precipitaciones pluviales nos permiten tener un volumen de agua que no nos debe preocupar en los próximos años. Pero la calidad cada vez se deteriora si no se cuidan las descargas industriales, advirtió la doctora Julia Pacheco Avila.
La especialista participó en el Foro “Manejo y preservación del agua en Yucatán” con la ponencia “Procesos de contaminación del agua en Yucatán y sus posibles alternativas de solución”.
Expuso que si la actividad pecuaria, por ejemplo, no entiende los requerimientos de darles un tratamiento tanto a los desechos líquidos como sólidos, se pone en riesgo el manto freático.
Dijo que el Estado no corre el riesgo de que se acabe el agua; sin embargo, los impactos por el cambio climático, como menos lluvias y el incremento de los niveles del mar, ocasionaría un desequilibrio en la lente del agua dulce que flota y, en consecuencia, al haber un menor espesor se favorecerá la concentración de contaminantes.
“De manera personal pienso que, al ser tan grande el agua subterránea, los contaminantes están diluidos. Mientras nos siga lloviendo un montón, perfecto. ¿Pero qué va a pasar cuando no suceda?”, indicó.
La doctora Mónica Chávez Guzmán mencionó, por su parte, que de acuerdo con estudios recientes hubo un incremento de metales pesados, entre otros químicos tóxicos en el agua.
“No es para alarmarse, pero sí para ocuparse al respecto. Sé que se tomaron medidas en los basureros municipales, porque hay muchísimos a cielo abierto y los lixiviados son terribles. En varios basureros hay fracturas y hay puntos en la zona metropolitana que son para preocuparse”, expuso.
(Rafael Gómez Chi)