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OXKUTZCAB, Yucatán, 13 de septiembre.- Una humilde familia campesina duerme entre las parcelas de cítricos y se levanta aún a oscuras para aprovechar el tiempo y cosechar más productos cítricos y llevarlos al mercado para su venta.

No les importa si hace frío en las madrugadas, no tienen opciones, tampoco si a veces hay para comer, lo que ellos quisieran porque las necesidades de sacar adelante a los más pequeños, a los descendientes, son más fuertes.

Así es como se ganan la vida doña Manuela Chan, su esposo Amado Us Cam, una de sus hijas, Florisela, y uno de sus nietos Elder Alejandro, quienes día con día sudan la gota gorda para ganarse poco más de cien pesos.

Sin embargo, recalcan ante el POR ESTO!, que son campesinos, que les gusta el campo y ello los hace felices, los hace sentirse completos porque ahora en esta temporada son bendecidos por las lluvias y las han aprovechado porque ven cómo la fruta crece rápidamente en sus arbolitos.

“Nosotros despertamos desde las cuatro de la mañana, desayunamos y empezamos, no hay tiempo para desperdiciarlo, si hay mucho trabajo nos dormimos en las parcelas, aquí cosechamos limón, lima, china, mandarina, toronja y mango pero el mango ya se acabó. La temporada ahorita es de solo cítricos.

En esta zona del Estado ha caído con gran intensidad la lluvia y ello ha beneficiado a los agricultores, a los campesinos.

Tal es el caso de esta humilde familia que amablemente cuenta al POR ESTO!, cómo han visto crecer sus árboles y sus frutos.

“Es lo que le comento a mi esposo, hace cuatro días cuando pasamos árbol por árbol de limón, la fruta estaba muy pequeña y ahora ha crecido al doble, eso es gracias a las lluvias que han caído con fuerza y nos han bendecido porque cuando no hay lluvia me toca comprar 500 pesos de agua por semana para el riego, son 10 horas a 50 pesos cada una, más aparte hay que pagar al operador 120 pesos, por eso ahora en esta temporada no ha habido necesidad”, señaló.

Pero también las tierras han sido buenas para estos campesinos, porque todo el año tienen buena producción de aguacate y de esa manera también ayuda en su economía.

“Tenemos cuatro hectáreas sembradas de todo los árboles incluyendo aguacates, ya tenemos más de 50 años trabajando las tierras, yo tengo 68 y mi esposo 78 años, nosotros somos campesinos, nuestros abuelos y nuestros padres nos enseñaron a trabajar desde muy pequeños y ahora nosotros hacemos lo mismo con nuestros hijos y nietos

“Yo nací en Progreso pero a los 16 años llegué a Oxkutzcab con mis papás, conocí a este señor y me casé con él a los 16 años”, cuenta doña Manuela.

De pronto, don Amado recordó cómo conquistó a su amada Manuela.

“Yo vivo en Oxkutzcab y me preguntaron si no sabía de una casa en renta, iban ella, (ahora su esposa, sus abuelos y sus papás), entonces así la conocí, después le pregunté si no tenía compromiso y la invité a bailar y así fue como me casé con ella, me enamoré, me casé bien casado no nada más llevada”.

Y de pronto cuenta doña Manuela, que un día su esposo Amado le comentó que cuando ella falleciera se lo llevara a él también pero, sonriendo dice:

“Cuando me dijo eso voltee a verlo y le dije, nombre, si ya me libré de ti para que llevarte conmigo”.

Y suelta la carcajada doña Manuela, quien trabaja de esa manera, con alegría sus parcelas y le transmite a su familia el ánimo de seguir adelante, trabajando, aprovechando el tiempo.

(Foto y texto: José Luis Díaz Pérez)

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