Yucatán

Arsenio Rosado Franco, director del Instituto de Salud Mental del Estado de Yucatán, dijo ayer que un suicida deja al menos 5 sobrevivientes afectados para toda su vida, y un suicida va a tener una repercusión no solamente en lo personal y en lo familiar, sino también en lo social, pues hay algunos estudios que dicen que un suicida afecta a 5 personas gravemente en lo familiar, así como también a cien personas en su núcleo social de manera importante.

Asimismo consideró y propuso que, para enfrentar el suicidio, hay que girar la atención de la salud mental del tercer nivel al primer nivel, para que el personal médico, de enfermeras, psicólogos y trabajadores sociales puedan captar no sólo desde la intención, sino desde la ideación, a fin de que se realicen estrategias oportunas de atención, tratamiento y prevención, ya que en un México de 120 millones de habitantes, se piensa que un millón de personas van a intentar suicidarse en algún momento de su vida.

Hablando en representación del Dr. Mauricio Sauri Vivas, Secretario de Salud y director general de los Servicios de Salud de Yucatán, en el marco de la inauguración del “Simposium Actualidades y Estrategias de Atención Integral al Proceso Suicida”, que se realizó en el auditorio de la Universidad Modelo, dijo también que la estadística es muy grande, que están trabajando y están estableciendo estrategias para atender un problema tan complejo y tan añejo del estado de Yucatán.

Más de 300 definiciones

Y agregó:

–De todos los actos del ser humano, el suicidio es una de las acciones voluntarias de mayor complejidad respecto a sus causas y motivaciones; es la manifestación más visible de un conflicto que involucra aspectos personales, psicológicos, biológicos y, principalmente, sociales. A través de la historia y las culturas se ha visto desde muchos ángulos y muchas manifestaciones. De hecho, es tan complejo que existen más de 300 definiciones del suicidio, pero hay una que es particularmente útil: es una solución final para un problema temporal.

Todos vamos a morir, todos vamos a tener experiencias cercanas a la muerte, con algún accidente, algún duelo, pero la experiencia que se asocia con el suicidio es altamente desgarradora.

¿Qué estrategias tenemos que hacer para evitar este fenómeno; qué tenemos que investigar para poder cambiar esta situación? Esa es la razón de este simposio, buscar la punta del hilo de una investigación, traer las experiencias exitosas de otros lugares, y platicar un poco sobre las propuestas que estamos realizando para la prevención del suicidio.

A nivel mundial

Más de un millón de personas van a morir por suicidio a nivel mundial.

Y el problema también tiene mucho que ver con el estigma. Para las personas es un acto vergonzoso, por lo tanto se esconde, tiende a cubrirse, tiende a ocultarse, tiende a diluirse, de hecho en muchas partes, muchos accidentes de tránsito son realmente suicidios, que se hacen de manera más planificada. Desde el punto de vista de la salud, la evidencia científica nos dice que el suicidio se relaciona con trastornos mentales, con consumo de sustancias, en más del 90% de las veces. Esto en los estudios que se han hecho en Yucatán lo corroboramos: normalmente es alcohol, hay trastornos mentales, hay intento previo, es lo que queremos trabajar. Se ha abordado mucho a nivel de atención suicida, pero hemos descuidado mucho la ideación suicida. La prevención tiene que empezar por allá.

En México, con 120 millones de habitantes, se piensa que un millón de personas van a intentar suicidarse en algún momento de su vida. La estadística es muy grande. Podemos considerar, por algunos estudios que se han hecho acá, que en algunos estudios hay un gran porcentaje de personas que en algún momento dado han pensado en matarse.

Desesperanza, principal indicador

Otra cosa muy importante es que hay una proporción de suicidas que lo hacen de manera impulsiva, cuando se encuentran en un trastorno mental y en momentos de crisis. Nadie se suicida en un acceso de razón, aunque sea un proceso en el que se hace en forma voluntaria, no necesariamente se hace en medio de la razón, y el principal indicador es la desesperanza. Cuando una persona está desesperanzada, cuando una persona siente que no tiene salida, es cuando va a tomar este camino. En muchas ocasiones, en una crisis económica, en una crisis de pareja, en una crisis médica, en una crisis de dolor, la persona de manera impulsiva podría tomar esta decisión de suicidarse, por eso es muy importante que veamos todas estas experiencias, que las valoremos, que podamos trabajar a nivel de poder construir una sociedad más libre de violencia, una sociedad que sea más solidaria, que podamos combatir la soledad, que es algo que estamos viendo que en muchos países en la edad adulta, en la tercera edad se está dando.

Trabajar en el primer nivel

Una de las propuestas que se trabajan hoy día es cambiar o girar la atención al primer nivel de la salud, no solamente de la salud en general, sino de la salud mental en particular, es algo que no hemos logrado, casi todo está en el tercer nivel, de hospital, atención psiquiátrica, sin embargo el modelo a seguir es trabajar en el primer nivel donde haya esta capacidad del personal médico, de los psicólogos, de las enfermeras, de los trabajadores sociales, de poder detectar desde esta ideación, y desde esa ideación hacer ya la estrategia de atención, de tratamiento y de prevención.

En la mesa principal de la inauguración del evento estuvieron también Alejandro González Novelo, director de la Escuela de Psicología de la Universidad Anáhuac Mayab, y el Ing. Carlos Sauri Dutch, rector de la Universidad Modelo, quien dio la bienvenida a todos los participantes en este simposio convocado por el Instituto de Salud Mental del Estado de Yucatán.

(Roberto López Méndez)