Gustavo Ortega Joaquín ha sido político, empresario y ahora es productor de vino. Y uno de sus vinos, Caipirinha, fue reconocido este año como la revelación en el Concours Mondial de Bruxelles entre 5 mil 393 vinos tintos de todo el mundo.
“No hay que creérnosla que somos el mejor vino del mundo, somos del concurso el mejor calificado porque hay que reconocer que grandes bodegas como Pétrus, como Château Latour, ya no participan en esos concursos”, comentó.
“Es el (vino) mejor evaluado, el más equilibrado, el que tiene mejor perfil”, aseguró Georgina Estrada, embajadora nacional de El Cielo.
Director general de la bodega El Cielo, Ortega, nacido en Mérida en la García Ginerés, comenzó en 2010 a trabajar en la generación de vino en Ensenada. Nacido en Yucatán, también se dedicó a los negocios turísticos de su abuelo, de la familia Joaquín de Quintana Roo, y alcanzó los cargos de diputado federal y presidente municipal de Cozumel.
Pero lo suyo era algo personal y eligió la enología como su ruta de escape. Entonces decidió dedicarse a la producción de vino. Inspirado por un viaje a Francia donde vio potencial en la combinación entre vino y hospitalidad, Ortega Joaquín decidió emprender un concepto entre la producción de la bebida y el turismo, con lo que comenzó su nuevo proyecto: Bodega El Cielo.
Pero, ¿por qué se llama El Cielo?
“Hay una playa muy bonita de Cozumel que se llama El Cielo. Yo viví 25 años de Cozumel, y un día estando en la playa dije ‘si llevamos este cielo al Valle de Guadalupe, y curiosamente, el manto de la Virgen de Guadalupe también tiene plasmado el cielo, entonces como que se da muy bien, y yo llevé una materia de astronomía en la universidad, entonces sí me gusta el tema de las estrellas “, comentó Ortega.
“Yo estudié administración de empresas pero en la universidad nos daban materias de integración y metí Astronomía”.
¿Cómo surgió Caipirinha?
Para empezar, se trata de un proyecto particular para un restaurante de espadas brasileñas con cuatro sucursales con sede en la Ciudad de México.
“Queríamos que fuera un vino que destacara, entonces hicimos un Cabernet Sauvignon de uvas premium, y fue el primer Caipirinha que sacamos, fue un Cabernet Sauvignon potente . Salió por primera vez en 2014 “, comentó.
Caipirinha es un ensamble de 85 por ciento de Cabernet Sauvignon, 10 por ciento Syrah, 3 por ciento de Nebbiolo y 2 por ciento de Malbec que pasa 24 meses en barrica francesa.
El vino fue reconocido desde su cosecha 2014, que en el concurso a nivel nacional fue reconocido con Grand Oro; luego llegó esta distinción para la cosecha 2016.
“La sorpresa de que este año (fue) tener 10 medallas, cinco oros, un grand oro y la máxima presea que pudimos tener que era la Revelación Mundial 2019, entonces para nosotros fue una sorpresa; creo que nadie se imagina tener una revelación, eso habla de la consistencia del producto ‘Caipirinha’, fue un gran vino 2014 y un vino ganador 2016”, relató Ortega Joaquín.
Para Gustavo, el reconocimiento por encima de otros vinos como los franceses, los italianos, los argentinos o los californianos resulta un impulso para el trabajo vinícola en México.
¿A qué sabe el Caipirinha?
“Presenta un hermoso color violáceo con una capa alta es un vino limpio y brillante. (En nariz) Es poseedor de aromas a violetas, frutas rojas y negras como arándanos, grosellas y frambuesas con un final de madera y especias derivadas de su estancia en barricas.
“(En gusto) Tiene un ataque medio-alto, acidez media, taninos firmes y alcohol en gran equilibrio con un agradable final prolongado. Un ensamble especialmente elaborado para maridaje con picanha, cortes de carne a la parrilla, pastas condimentadas, quesos semimaduros”, detalla la nota de cata, elaborada por su Georgina Estrada.
Y se puede maridar con comida yucateca. En el restaurante Micaela, donde se realizó la cata del vino, la exhibición de la bebida en Mérida se dio con un pato en salsa de ciruelas e higos tatemados. Pero también puede contemplar otros platillos de la comida yucateca, como lechón.
(El Financiero)