Yucatán

Voces del Pueblo

El agua: asesina silenciosa

La formación de sarro en líneas de tuberías y casas habitación, originada por el exceso de calcio y manganeso que contiene el agua del Norte de la Península de Yucatán, se constituye en un grave problema que deben atender las autoridades sanitarias del Estado, debido a ocasiona graves problemas en sistema de distribución del vital líquido y enfermedades que derivan por el uso de “agua dura”.

Existe la posibilidad de relacionar el consumo de agua de alta dureza con nocivos efectos en la salud de los yucatecos, debido al alto registro de casos de litiasis, la pérdida de cabello y otras afecciones de la piel, cuyos tratamientos significan un alto costo para el sector salud, que se podrían reducir de manera importante con la instalación de equipos ablandadores en los tanques elevados que suministran el vital líquido en colonias y fraccionamientos de la Entidad.

Los suavizadores o ablandadores de agua, son específicamente intercambiadores de iones que eliminan los iones de «dureza», principalmente calcio y magnesio, que son intercambiados por iones de sodio. Es decir reducir la dureza mediante la sustitución de magnesio y calcio por sodio o iones de potasio.

El elevado porcentaje de ocupación hospitalaria, la alta demanda de procedimientos quirúrgicos y serias complicaciones relacionadas con la urolitiasis, plantea la necesidad de atender con urgencia este problema de salud en Yucatán.

Conviene señalar que hay estudios que reportan que la dureza del agua no contribuye al desarrollo de la litiasis urinaria. Al respecto, es importante precisar que la investigación sobre esa problemática sanitaria se hizo en comunidades en las que la dureza total no registraba mucha elevación. Sin embargo, en el caso de Yucatán, la Comisión Nacional del Agua reconoce que hay altos niveles de calcio y manganeso en el agua empleada para consumo humano, especialmente en sectores de la ciudad de Mérida.

Conforme a la información que se tiene de la incidencia de Litiasis Urinaria en Yucatán, esa enfermedad que puede derivar en insuficiencia renal, registra alrededor de seis casos por cada cien mil habitantes en nuestra Entidad, arriba de la media nacional que es de 2.4 por la misma población en el resto del país.

Ante la gravedad de la amenaza que representa el uso de agua dura en Yucatán, es urgente que las autoridades estatales asuman la responsabilidad de procurar equipos para el tratamiento de agua que se distribuye entre los yucatecos desde los centros de acopio y reparto del vital líquido, con la finalidad de reducir el alto costo que representa el tratamiento de enfermedades ocasionados por consumo y uso del agua, que se extrae de los mantos freáticos de la Entidad.

En fraccionamientos como Gran San Pedro Cholul, donde la acumulación de sarro en depósitos de casas habitación y la obstrucción de tuberías son problemas que afectan severamente a los dueños de viviendas, la instalación de un equipo para suavizar el agua que se distribuye desde el tanque elevado podría representar mejores condiciones de vida para los colonos, mediante un modesto esfuerzo económico, en el que la misma empresa inmobiliaria debe contribuir, debido al importante desarrollo habitacional que los ocupa.