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Especialista revela escalofriantes estadísticas

“Cerca de 800 mil personas alrededor del mundo fallecen por suicidio cada año, lo que significa que cada 40 segundos se registra una muerte por esa causa”, expuso ayer la psiquiatra Claudia Teresita Jiménez Domingo, al participar en la “Jornada de Prevención del Suicidio, Vivir es lo de hoy”, organizado por el Ayuntamiento de Mérida.

Resaltó que, de acuerdo a las estadísticas oficiales, el suicidio se encuentra entre las cinco primeras causas de muerte y en la región que corresponde a México, que es Norteamérica, el suicidio aparece como la segunda causa.

También señaló que el suicidio es una de las principales causas de muerte en niños y adolescentes y no sólo afecta a la persona que cometió el acto, sino también a otras tres personas cuando menos.

Más frecuente

Observó que en el grupo de adolescentes y niños cada vez es más frecuente, por lo que identificar en este grupo el riesgo y ofrecer el tratamiento adecuado es muy importante dentro de las políticas de salud pública y sobre todo de salud mental.

Añadió que, según la Organización Mundial de la Salud, el suicidio es el acto deliberado por acabar con la vida y en cuanto a la adolescencia es el paso entre la niñez y la etapa adulta, entre los 11 a 17 años, aunque no siempre es uniforme esta etapa que es de completo desarrollo no sólo físico, sino también intelectual, emocional y relacional y puede ser determinado por diferentes tipos de factores como los sociales, económicos y culturales.

En su exposición ante alumnos, investigadores y funcionarios municipales, la experta indicó que tener ocasionalmente pensamientos suicidas no es anormal, con la observación de que se tiene que tomar en cuenta el término normal como un tema estadístico, que es lo que se presenta muchas veces o lo que es muy frecuente.

“Entonces, es muy frecuente que en este grupo poblacional se presenten ocasionalmente estos pensamientos suicidas y esto se da porque se trata de buscar en esta etapa cuál es el sentido de la vida y también de la muerte”, aseguró

Expuso que cuando se enfrentaban los pacientes a la muerte muchos de ellos, al final, referían que realmente no había como tal un deseo de morir, sino que más bien existía el deseo de dejar de sufrir, o sea, habían deseos ambivalentes y realmente lo que existía era acabar con esa angustia, con ese sufrimiento y aparentemente el suicidio podía parecer una buena opción.

En los niños

En el caso de los niños –explicó–, el concepto de muerte se alcanza entre los ocho y los 11 años de edad, ya que antes de esa etapa no existe como tal el concepto de irreversibilidad de la muerte, entonces lo que ocurre muchas veces es que los niños se encuentran ante situaciones agobiantes, angustiantes, y realmente lo que existe es una fantasía de mejoría, o sea, que al morir iba a ser una especie de escarmiento o de castigo hacia esa situación que le estaba ocasionando algún malestar y cuando reviven esta situación les iba a cambiar, porque no existe como tal ese concepto de irreversibilidad de la muerte.

–Se piensa entonces que existe esta fantasía de cambio y de mejoría de estas situaciones y realmente lo que se desea como tal es el hecho de dejar de sufrir, acotó.

(Rafael Mis Cobá)

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