Siempre hay gente que busca la manera de hacerse notar, quienes hacen eso realmente caen mal, son incómodas; por eso Jesús en el Evangelio recomienda a los fariseos que vio luchando por los primeros lugares, que cuando los inviten a un banquete ocupen el último lugar y no el primero, porque luego viene la persona que los invitó para acomodar a otra en su lugar y los mandan hasta el último sitio, dijo el Arzobispo de Yucatán, Monseñor Gustavo Rodríguez Vega, en la misa que ofició en la Santa Iglesia Catedral.
–El mensaje de la palabra de Dios es muy claro, tanto en la primera lectura como en el Evangelio, nos habla de la virtud de la humildad. En nuestro lenguaje a veces usamos la palabra humilde de manera equivocada, porque decimos como sinónimo de pobre, como una persona humilde, pero no necesariamente es así, porque hay pobres que son bien orgullosos, hay pobres que se creen más que los demás y son vanidosos.
La vanidad y el orgullo se dan en todos los niveles sociales, hombres y mujeres en todos los niveles económicos, en cualquier persona se da el defecto del orgullo o la virtud de la humildad.
¿Qué es la humildad?
–A veces se confunde la humildad con debilidad de carácter, la humildad tampoco es ser acomplejado; si es virtud, si es fuerza, tiene que ser una decisión que tomamos de decir sí a las mociones del Espíritu Santo que nos mueve a la humildad, que nos mueve a darle el lugar a otros, que nos mueven a no luchar y pelear por sobresalir por encima de los demás, como hacían aquellos fariseos en la comida a la que fue Jesús, donde todos querían ocupar los primeros lugares; eso es algo muy desagradable y sigue habiendo gente que busca esa manera de hacerse notar y quienes hacen eso realmente nos caen mal, son gente incómoda.
Jesús les recomienda a los fariseos que están luchando por los primeros lugares: “Cuando te inviten a un banquete ocupa el último lugar, no el primer lugar, porque si ocupan los primeros lugares y luego viene el que te invitó y quiere acomodar a otra persona, te va a mandar para el último lugar y vas a pasar una vergüenza”.
Virtud es escoger voluntariamente, no aparecer, desaparecer, no darnos a conocer. Jesús tiene humildad, pero a la vez, dignidad y él mismo nos enseña: “Sean sencillos como palomas y prudentes como serpientes”, que aplicado esto diríamos: “Sean sencillos como palomas, no tengan malas intenciones, no tengan doble intención, no tengan hipocresía, no busquen el primer lugar, pero por otra parte, prudentes como serpientes: dense cuenta que hay gente con malas intenciones y estén muy atentos”.
La humildad, dice la primera lectura: En todos los asuntos, la humildad no es para el templo y para los grupos de la Iglesia; la humildad es para todos los espacios de la vida, así es que en todos tus quehaceres, hasta nuestros hermanos dedicados a la política y a la economía, pueden ser humildes y hay gente humilde en estos espacios; pensamos en automático que cualquier persona que ande en esos ambientes se aparta de la humildad, pero no es así, no tiene que ser así, no tiene que ser así.
Saber escuchar
En todos los asuntos sé humilde, y el orgulloso se mantiene en la maldad y no sabe escuchar; el humilde sabe escuchar; qué importante es para el que gobierna saber escuchar; los mejores gobernantes, los mejores jefes de un grupo, los mejores párrocos, el mejor obispo, son los que saben escuchar a la gente y estar atentos realmente a sus necesidades.
Pero escuchar de veras, no hacer como que escuchamos, porque a la mejor dejamos un poquito que la gente hable, pero estoy preparando lo que le voy a contestar; el que es verdaderamente humilde, junto con el otro quiere buscar la verdad, no quiere imponer su verdad, quiere realmente buscar la verdad, respeta los sentimientos y las ideas de los otros y por eso los escucha, y si le toca mandar va a tomar muy en cuenta lo que ha escuchado, así es que el humilde sabe escuchar.
Vamos a pedirle al Señor que nos dé la virtud de la humildad, virtud no es que nazcamos humildes, no es ser acomplejados, virtud que se puede llevar a todos los niveles de la vida y a todos los espacios de las formas de vivir, virtud de la humildad, los humildes ganan amigos, ganan respeto, los humildes agradan a Dios en todo cuanto hacen, concluyó el prelado.
(Víctor Lara Martínez)