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Yucatán

CrónicaPersonajes Pintorescos

Cuando un visitante preguntaba por el señor Galdino Zapata Benítez, difícilmente se le podía dar información sobre su persona. Esto sucede por lo regular con los individuos a quienes sólo conocemos por su apodo y no por el nombre con que fue bautizado por el sacerdote en turno. Todo el pueblo lo conoció como "Chemas", a quien también se le atribuía el cargo de: "Presidente de los feos".

En el sentir pueblerino, cuando se vislumbra a un visitante que sus rasgos físicos no le favorecen sobre todo en el rostro, es común escuchar: "Va a comenzar la asamblea, sólo falta Chemas".

Era común escuchar pronunciar a don Galdino con su peculiar estilo, el apelativo de: "feo" o su sinónimo en maya "ka'askep", al referirse a una persona.

Nació el 18 de abril del año de 1933 en San Francisco Manzanilla. Contrajo matrimonio con Micaela Manrique Gómez y tuvieron por hijos a Magaly Esther, Ana Bertha, Pedro Galdino, José Omar, María Lupita, Verónica, Gabriela y Soña Micaela.

"Chemas" fue de origen campesino y trabajó en el campo de niño hasta adolescente. Quizás la necesidad le hizo despertar el ingenio, porque cambió la coa y el machete con herramientas de distintos oficios.

Trabajó la sastrería, oficio que aprendió sin maestro. Experimentaba desbaratando un pantalón y hacía sus moldes con papel periódico. Si era talla más chica, le disminuía y más grande, por lógica, le aumentaba. También fue peluquero, pero que no le agradó el manejo del pelo que cortaba. Trabajó un tiempo como panadero con don Felipe Cortés donde aprendió los secretos del pan francés y ricos panes tipo repostería.

El amigo "Chemas" fue amante de la cocina, pues domina varios exquisitos guisos, los cuales presumía a sus amigos de parranda. Su forma única de vestir, le daba una figura poco común en nuestro medio; lleva siempre puesto un overol y una gorra de un modelo que él mismo confeccionaba.

Demostró mucho talento e ingenio en su trabajo como mecánico, donde a falta de recursos o herramientas solucionó múltiples problemas que a otras personas les resultaba muy difícil. Siempre mencionaba que los mecánicos de la actualidad son “cambia piezas”, pues a diferencia que él mismo, elaboraba la pieza que se necesitaba para el funcionamiento de un motor de automóvil.

Comenzó reparando bicicletas, después motos, motores a gasolina y posteriormente coches y camiones. Todo lo anterior lo aprendió sin maestro, solamente el ingenio y curiosidad lo llevaron a dominar este trabajo. Elaboraba sus propias herramientas con las que trabajaba.

Al llegar la energía eléctrica al pueblo, fue el primero en trabajar la soldadura autógena, elaborando puertas, ventanas, rejas y enverjados.

En 1959 instaló la primera tortillería en esta población, propiedad de la familia Pino Rosado, que funcionaba en la esquina 20 por 21 donde "Chemas" trabajó más de un año, haciendo funcionar los motores a gasolina que movían las máquinas. Por cierto ahí se exhibía un rótulo que decía: “¿Tortear? es tan viejo como el mundo, pero… a nadie se le había ocurrido en nuestro querido Dzidzantún, hacer tortillas a máquina. Nos enorgullecemos de haber contribuido con nuestro pequeño esfuerzo e iniciativa, al adelanto de esta nuestra tierra tan amada".

La fama e ingenio de “Chemas” llegó hasta los Señores Cámara, propietarios de la fábrica de triplay el “Tajo” de Dzilam de Bravo, quienes lo mandaron buscar para rescatar un barco hundido frente a las costas de Telchac Puerto. Por este trabajo le ofrecieron y pagaron 200 pesos por día que tardara dicho rescate. Dijo que lo realizó en 10 días, aunque pudo hacerlo en menos tiempo, comentó con cierta picardía.

Recuerda que el trabajo de una "partera " en ese tiempo por atender un parto era de $20 si era niña y $ 25 si era niño.

Fue quien adaptó el acelerador y freno de mano al coche del Prof. Camilo Escalante Sosa, que le sirvió para desplazarse cuando le amputaron sus dos piernas. Orgullosamente fue dueño de una de las primeras bicicletas existentes en el pueblo, la cual la mantenía siempre llena de adornos y luces multicolores. Semejaba un arbolito de navidad que llamaban mucho la atención a su paso. También tuvo motos de 500, 750, 1000 y 1200 caballos de fuerza, que estuvieron de moda.

Realizó trabajos que resultaron de su propio ingenio como: cañones de riego, picadoras de pasto, molinos, pelador de naranjas y otras cosas que no patentizó. También construyó varias carretas y remolques con los diferenciales de carros viejos.

En 1998 me pidió le diseñara una credencial con la leyenda: "Sindicato Único de Feos de Dzidzantún (SUFD)". Dicha credencial, la firmaba como presidente del supuesto sindicato. La repartía a sus amigos en las cantinas al calor de las copas, causando grata impresión por este magnífico y singular detalle. La credencial presentaba una caricatura de su persona con su peculiar overol y gorra de diseño propio. Don "Chemas" en los años que el Todopoderoso le prestó vida y salud, siempre demostró buen sentido del humor y un carácter alegre. Siempre se caracterizó como buena persona siendo también dicharachero y vacilón, sobre todo cuando tenía unas cuantas “frías espumosas” entre pecho y espalda.

El popular “Chemas” entregó todo su ingenio y equipo de varios oficios al Creador, el 11 de septiembre del 2105 a la edad de 82 años. Siempre es recordado por sus “puntadas” y “voladas” muy características de su persona. Se llevó a la tumba múltiples experiencias en varios ramos del trabajo donde utilizó su talento. También se llevó a la eternidad su popular frase o dicho que ha causado mucha controversia: "Lástima que de viejo descubrí que soy cangrejo (gay)... cuánto tiempo perdí".

*Escritor Comunitario y Cronista de Dzidzantún.

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