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A dos meses de iniciar la captura de pulpo en la costa yucateca, la pesca ribereña del molusco se ha desplomado, al cierre del mes de septiembre casi el 70 por ciento de las embarcaciones que conforman la flota menor, es decir, las lanchas pulperas, se encuentran inactivas.

En contraparte, la flota mayor está logrando buenas capturas y los barcos están llegando con 4 ó 5 toneladas de pulpo por viajes de 20 días.

La pesca ribereña de pulpo atraviesa hoy en día una de sus peores temporadas, inició con bajos volúmenes de captura, bajo precio al pescador y aún continúa con esa tendencia, salvo la flota mayor que está logrando buenas capturas, de lo cual se habla en nota aparte.

Pero la escasez de pulpo en la costa tiene un motivo, éste es la pesca furtiva del molusco que todo el año se ha venido realizando utilizando artes de pesca prohibidas y el buceo, que ha resultado la estocada para los permisionarios en la presente temporada.

Sobran motivos

Los motivos para la inactividad de la flota ribereña sobran, uno de de ellos son los bajos volúmenes de captura, los bajos precios que se están pagando del producto, es decir entre 70 y 75 pesos el kilo en todas las congeladoras desde Chuburná Puerto hasta Telchac, los incrementos al precio de la gasolina en vista que todos los días el precio del combustible sube, el incremento del precio de la carnada que en algunos puntos, en vista de que la demanda de okol, jaiba y maxquil para la flota mayor pesquera se incrementó, están ocasionando el desánimo de miles de pescadores que tenían cifradas sus esperanzas en la captura del molusco, en la zona costera, en aguas poco profundas.

Don Anselmo Canul López, de la compañía exportadora “El Mero Coronado” y permisionario, mencionó que los bajos volúmenes de captura están desanimando a los ribereños a salir a pescar, ya que lo poco que se pesca se mal paga, ahora se está pagando en 73 pesos el kilo, las lanchas están llegando con 17 kilos, otras con 20 kilogramos y otras con 23 kilos, lo cual no saca los costos que se tuvieron que invertir en el avituallamiento de las lanchas ribereñas.

Ya no salen

“Mira, ya a las lanchas les quitamos los motores porque no están saliendo, ahí hay varios alijos que ya no salen”, indicó el entrevistado.

Apuntando la mirada hacia unos alijos previamente preparados con jimbas y sus respectivas líneas y aditamentos, Canul López añadió que pocos salen a pescar debido a la baja captura que se obtiene.

Jimeno Arzate, quien se encontraba en la Caleta, agregó que ya retiraron los motores de las lanchas pulperas tras el riesgo que sean robados.

“No sirve de nada tener el motor montado en una lancha pulpera si el barquito no va a salir, mejor se le monta a otra lancha que vaya a pescar escama, además de que dejar un motor en una pulpera que está ociosa en el atracadero, puede ser tentador para quienes se dedican a robar motores”.

Sobre los robos de motores, a Anselmo Canul López hasta el momento no se le ha devuelto el motor que le robaron pese a que la Secretaría de Seguridad Pública logró recuperarlo hace ya varios meses.

En Chuburná Puerto el panorama es similar, en el refugio pesquero hay decenas de embarcaciones pulperas atracadas, sus permisionarios y dueños no están saliendo a pescar el tradicional pulpo maya o pulpo rojo.

Todas las lanchas pulperas ahí están ya armadas, listas para salir, sólo que los bajos volúmenes de captura no hacen la actividad redituable, mencionó Ezequiel, un pescador que recién descargaba un contenedor con apenas 24 kilos de pulpo.

Escama para acompletar

Externó que eso fue todo lo que logró conseguir; son 24 kilos a un precio de 72 pesos en promedio, arroja un total de mil 728 pesos para dividir entre 3 hombres, de los cuales se descuentan mil 100 pesos de avituallamiento, carnada, aceite, gasolina, alimentos de los tres pescadores.

Entre la captura se logró obtener algunos kilos de escama, la cual se está comercializando entre los 60 y 70 pesos el kilo entero de ejemplares pequeños, el ejemplar mediano ya sea rubia canané o mero se desplaza en los 80 y 90 pesos el kilo, mientras que el ejemplar grande, talla de exportación, se desplaza en 130 pesos el kilo.

Ahora los pulperos llevan cordel, anzuelo y carnada para pescar escama al mismo tiempo que el molusco, a fin de acompletar para el viaje o al menos obtener producto para consumo propio, externó nuestro entrevistado al momento que embolsaba unos ejemplares de rubia canané.

La pesca furtiva

Permisionarios pesqueros tanto de Progreso como de Chelem y Chuburná coincidieron en que las bajas capturas de pulpo tienen un origen: la pesca furtiva del molusco durante todo el año, mediante la utilización de artes de pesca prohibidas o el buceo.

Lo que se ve ahora, la escasez de pulpo rojo en la costa, es resultado de la pesca furtiva que hubo todo el año en toda la costa, sin que las autoridades pudieran ponerle freno.

Guillermo Segura, uno de los pescadores que se encontraba en la Caleta, aseguró que los depredadores, los buzos, son los que están acabando el pulpo en la costa, desde Celestún hasta El Cuyo, ahí están acabando con el recurso; no hay inspectores de Conapesca, sólo hay cuatro.

No hay autoridad, no hay pesca controlada, hay empresarios que compraron pulpo a 50 pesos el kilo, reventaron el mercado, ahora pagan 75 pesos y da gracias que se paga a ese precio, añadió el entrevistado.

La escasez de pulpo maya, tras la depredación sin piedad y los bajos precios, están obligando a muchos pescadores a dedicarse a otras actividades relacionadas con el sector, tal es el caso de reparar redes o arreglar motores, pintar y arreglar lanchas, como Gerardo Vadillo.

Vadillo comentó que reparar redes o lanchas está dejando un poco más que salir a pescar pulpo.

En promedio una salida entre tres pescadores logrando un promedio de 23 kilos, se consigue entre mil 300 y mil 500 pesos, descontando avituallamiento que en promedio son mil 100 casi a 150 pesos por persona, durante muchas horas de pesca.

Afecta a todos

En cambio, reparar una red arroja cerca de 400 pesos.

La inactividad pesquera en cuanto a la captura de pulpo no sólo afecta al pescador que no sale, sino a quienes también realizan actividades relacionadas al sector, tal es el caso de quienes acuden a la Caleta ya sea a vender pan dulce, comida e incluso bolis.

Un ejemplo es doña Rosa Alvarez, cada tarde acude a la Caleta a vender bolis de sabores entre los pescadores que arriban al muelle tras una jornada de captura.

La inactividad, los bajos precios del molusco, golpean directamente a su actividad, al grado que ayer minutos antes de las siete de la noche, su inventario de productos estaba a la mitad.

“No hay pesca, no salen los pescadores, no hay dinero, tampoco hay venta, todo repercute y afecta”, hizo ver aquella mujer al tiempo que enseñaba la nevera en la cual habían varias unidades que no logró vender anoche, todo porque casi nadie sale a pescar y, si salen, llegan con poco y no tienen dinero para gastar entre quienes se ganan la vida vendiendo por cuenta propia.

Esa es la realidad ahora del sector pesquero, de la pesca ribereña, empezó mal la temporada de captura de pulpo y continúa mal aunado a los bajos precios que se pagan y te dicen que el pulpo está “mocho, que está mulix o que está hinchado o aguado, por eso se paga mal ahora, bajos volúmenes, una paga muy baja”, finalizó el permisionario Anselmo Canul.

(José Manrique)

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