Roldán Peniche Barrera
Yucatán Insólito
Del gustado librito del Mtro. Ermilo Abreu Gómez, en el que alude a nuestros hábitos y a los tipos pintorescos de hace un siglo, que él alcanzó, como por ejemplo:
El Carbonero
El carbonero llevaba el carbón en una carreta tirada por una o dos mulas. (Así escribe don Ermilo). Así recorría las calles y las plazas pregonando su mercancía. De vez en vez gritaba:
“¡Carbón! ¡Carbón para la cocina!
Y las dueñas, desde las ventanas, lo llamaban y le compraban uno, dos o tres sacos, los cuales se apilaban en el sótano en la despensa.
Nosotros alcanzamos a los carboneros de los años cuarenta, siempre tiznados de hollín, pobres almas de Dios, cuando todas las amas de casa usaban anafres y todavía no arribaban a Yucatán las estufas de gas butano. No sé por qué, pero las viandas sabían más ricas cocinadas o guisadas al carbón.
Algunas personas empleaban el “cisco” del carbón para untarse en la cara y el cuerpo y así, en los carnavales, disfrazarse de negros. Hoy ya no hay carboneros en Yucatán, si acaso uno o dos por allá.