Yucatán

Roldán Peniche Barrera

Yucatán insólito

Hoy don Ermilo nos habla de aquellas gitanas de vestimenta tan peculiar que ya hemos dejado de ver.

Las gitanas

De pronto aparecían unas gitanas. ¿De dónde venían? ¿A dónde iban? En un solar de las afueras plantaban su carromato e iban luego de casa en casa leyendo la palma de la mano, haciendo conjuros y robando lo que podían. Eran gente sucia, extraña y mal encarada. Vestían harapos y hablaban un castellano arcaico y enrevesado. Por un centavo armaban un lío y soltaban la lengua con las más horribles maldiciones”.

Comentario.- Nosotros sí las alcanzamos hacia los años cuarenta y cincuenta. Se andaban en grupos por las calles de aquella Mérida aldeana de hace cincuenta años, sacando la suerte al que se dejase, hablando un idioma incomprensible y ciertamente, mal vestidas, con largos faldones que les cubrían hasta los pies.

Los niños les temían pues sus padres los habían aleccionado de que aquellas mujeres eran un poco brujas y les llamaban “las húngaras”. Y también es verdad que andaban a la rapiña y si usted las dejaba entrar en su casa, aprovechaban la ocasión para hacerse de algún dinero o de algún artículo como un radio o una plancha o qué sé yo…

Por lo general se veía a las mujeres y muy poco a los hombres, sus parejas. Dicen que venían de la vieja Europa, de la Oriental y que no tenían hogar en el mundo y se quedaban donde les diera la gana, siempre armando su campamento desde donde operaban para fraguar sus hurtos y sus fraudes como ese del juego de manos y de leer la mano para adivinar el destino.

Por años no hemos sabido de ellas; seguramente se andan por tierras pobres explotando a sus residentes.