Yucatán

Codependencia, problema muy extendido

Luisa Ileana Estrada Loría, quien es maestra en terapia familiar, alertó ayer sobre el fenómeno de la codependencia, que viene a ser una forma más y muy extendida de adicción, solo que emocional, y que generalmente la sufren algunas mamás, amigas, novias o parejas que tienen muy baja autoestima.

Lo explicó así:

–Hay una dependencia química de sustancias como el alcohol, la mariguana, la cocaína, etcétera, y hay también una codependencia emocional que se presenta en las personas que están relacionadas con las que tienen un problema o una adicción.

Las personas codependientes son como las salvadoras, como las rescatadoras, y su problema es que se obsesionan, se afectan cuando alguien, que puede ser un hijo, un amigo o una pareja, está en problemas.

–¿Qué características tiene una persona codependiente?

–El codependiente es una persona muy empática, muy compasiva, que quiere ayudar, pero que tiene baja autoestima: entonces me relaciono contigo desde la necesidad de ser necesitada. Quiero ser necesitada para elevar mi autoestima. La clave es la necesidad, que el otro me necesite.

Por eso se dice, y es real, que la codependencia es una adicción más, porque es la necesidad de ser necesitado.

De esta manera, la persona deja de vivir para sí y centra sus actividades en el otro, deja de preocuparse por sí misma. Entonces se obsesiona con esa persona, le prohíbe cosas, la vigila. Yo mamá soy la rescatadora, y con mi vigilancia, sin darme cuenta, lo persigo. De este modo, la rescatadora se vuelve perseguidora y vuelve su víctima a quien desea rescatar. Entonces la víctima se vuelve el perseguidor de su rescatador, y yo rescatador, me enojo, y le digo cosas como estas: ¿Cómo es posible que me pagues con esto? Y de esa manera yo rescatadora me vuelvo la víctima, y al no encontrar correspondencia de ese otro al que quiero rescatar, lo odio.

–Maestra, conozco el caso de una mamá que tenía un hijo alcohólico que por costumbre se tomaba diariamente antes de salir a la calle unos tragos de una botella de aguardiente. Entonces, para darle un escarmiento, ella tiró esa bebida y la cambió por ácido muriático. El hombre terminó en el hospital con la boca y el paladar quemados, pero como no alcanzó a tragarlo, después de varios meses de tratamiento se salvó. Sin embargo, de nada sirvió, porque siguió tomando.

–Ese es un caso de rescatadora codependiente que se vuelve perseguidora y convierte en su víctima a quien desea rescatar.

Abundan en los pueblos

En esta parte, la entrevistada señaló:

–En los pueblos hay mucho alcoholismo, muchísimo, y las mamás protegen a los hijos que son adictos. Tengo un caso de una mamá de 67 años que acoge en su casa a su hijo de 38 años que no la apoya en nada. Continuamente lo corren de sus trabajos por incumplido, pero no se preocupa porque su mamá lo protege y así tiene casa, comida y ropa limpia aseguradas.

La rescatadora también puede ser la novia o la esposa de un drogadicto, y entonces está buscando cómo salvarlo de la enfermedad o de la cárcel. No se da cuenta de que ella es codependiente. Y si pone límites luego se siente culpable porque piensa que es egoísta y que es mala.

–¿Se vuelve una solapadora?

–La codependencia va más allá del solapamiento. Y como le digo, no siempre es con personas adictas, a veces es con personas problemáticas.

–¿Puede haber una adicción, por ejemplo al psicólogo, al psiquiatra?

–Sí, a veces pueden ser trabajadoras sociales, enfermeras, médicos, psicólogos, los que entran en esta situación. Pero la terapia debe ser que tú te independices cada vez más, no solo de tus problemas, sino de tu psicólogo.

–Este tema de la codependencia no es muy conocido…

–El tema de la codependencia se empezó a entender a partir de los años setenta, con las esposas de los Alcohólicos Anónimos, que empezaron a organizarse para encontrar una explicación a lo que vivían y un método para salir de sus problemas emocionales. Entonces crearon Al Anón y Alateen. Yo recomiendo mucho a las personas que viven con una persona que tenga una adicción o un problema, que se acerquen a Al Anon, porque si ya cayeron en la codependencia, el método que tienen allá les ayuda a salir.

Terapias

–¿Usted brinda terapias particulares, ¿verdad?

–Sí. Tengo el “Grupo de terapia para codependientes”, con los que trabajamos durante 12 sesiones, una cada semana los miércoles de 7 a 9 de la noche.

–¿Cuánto cuesta la sesión?

–Cuesta 300 pesos por persona. Es cupo es limitado a 8 personas, porque es un taller. El 29 de marzo empieza el nuevo grupo. También damos terapia individual o inteligencia emocional.

Luisa Ileana Estrada Loría es maestra en terapia familiar con certificación de terapia de pareja en el método Gottman.

La dirección de su consultorio es calle 25 por 60 No. 518, en la colonia Jardines de Mérida. Se puede pedir cita al teléfono 9992 75 79 51.

También está en las redes con página web y Facebook: terapia-familiar-merida.

(Roberto López Méndez)