Yucatán

El primer informe de Mauricio Vila Dosal

Tuuskeep Kasperchack

Semiología de la imagen

—¿Eduviges, qué es lo que más te llamó la atención del primer informe de Mauricio Vila Dosal?

—Su sonrisa Colgate, Tuuskeep.

—No, en serio…

—¿En serio? El fuerte operativo de seguridad en las inmediaciones y más allá del Centro Internacional de Congresos (CIC). Me hizo recordar los viejos tiempos del PRI cuando se aproximaba una visita presidencial; desde días antes se instalaban varios kilómetros de vallas y colocaban detrás de ellas a cientos de policías, soldados y agentes vestidos de civil para que nadie se pudiera acercar al personaje… Entonces al ver este desproporcionado despliegue policiaco el domingo me hice varias preguntas: ¿Pues no que estamos en el Estado más seguro del país? ¿Pues no que estamos ante un gobierno cercano a la gente? ¿Pues no que Vila Dosal goza del 78 por ciento de aceptación de los yucatecos, según los impolutos sondeos demoscópicos de Consulta Mitofsky?

—Pues sí, pero creo que Vila Dosal y sus allegados se creyeron la retórica del miedo que ellos mismos hicieron circular entre los yucatecos para defender el cobro del impuesto a la seguridad y prácticamente convirtieron el CIC en un búnker inexpugnable, en el que no se escucharan ni de chiste las ruidosas consignas de la manifestación de protesta que, a la luz de los hecho, molestaron a los policías y pusieron nerviosos a los invitados al informe, sobre todo cuando en redes sociales comenzaron a circular fotografías y videos de gente que corría, tosía y maldecía luego de que les aventaron gas lacrimógeno. Ese hecho no sólo empañó el primer informe sino que le robó cámara. ¿Será que la criminalización de la protesta social es parte de la agenda oculta del Yucatán Seguro de Vila Dosal?

—Pues no lo sé a ciencia cierta. Lo que sí sabía es que iba a haber problemas el domingo y por eso llevé temprano a mi tía Teófila al CIC.

—¿Temprano, a qué hora?

—La citaron a las diez de la mañana, pero se levantó a las seis, se bañó, se entalcó como de costumbre, desayunó dos tamales de pollo con atole y una bizcotela, se puso su terno de lujo y sus alhajas de oro y a las 9 de la mañana ya estábamos en el lugar. Lo único que me extrañó es que en vez de ponerse sus zapatos de raso bordado se puso unos tenis que de plano no iban con su indumentaria autóctona. A esa hora sólo había policías, camiones y patrullas por todas partes. La dejada estuvo fácil, pero la recogida fue todo un caos. Después del enfrentamiento entre policías y manifestantes, la policía cerró más calles de las que ya lo estaban y no había forma de recoger a mi tía, que me decía por teléfono celular que ya se estaba mareando por la insolación, ya que en esta ocasión no les dieron tortas ni jugos a los asistentes.

—¿Y qué hiciste?

—Pues tuve que recorrer varios kilómetros de calles y avenidas y cada que me topaba con policías les preguntaba: “¿Oigan, cómo recojo a una persona que lleve al informe si no nos dejan llegar al CIC por ninguna parte?

—¿Y qué te respondían?

—“Por aquí no hay paso. Siga circulando”. Pero como yo insistía, entonces con cara de fastidio me decían: “Seño, son órdenes del alto mando”. Y por culpa del alto mando gasté más gasolina que si hubiera ido a bañarme a las playas de Progreso.

—Entonces, por lo que me dices, no asististe al primer informe, Eduviges.

—Y, por lo que me preguntas, veo que tú tampoco, Tuuskeep.

—¿Cuándo has oído que los gobernantes en turno inviten a sus críticos?

—Nunca, pero creía que Vila Dosal iba a ser la excepción…

—Pero siguió el “Sistema Salinas”: “A mis críticos ni los oigo ni los veo”, o al menos eso aparenta nuestro señor gobernador.

—Lástima, porque así cómo los va a convencer de que se sumen a su proyecto. Pero, dime una cosa, Tuuskeep, a ti qué es lo que más te llamó la atención del primer informe de gobierno.

—Bueno, pues, si hacemos a un lado la aguda escasez de obras, lo que resulta normal en cualquier arranque de una administración, me quedo con tres programas sociales que tienen impacto entre la población más vulnerable: Médico 24/7, Médico a domicilio y las academias que promueven la práctica de deportes. Además, son programas inéditos, es decir, que nunca antes se habían aplicado entre nosotros. Y los tres, curiosamente, Vila Dosal se los copió a Andrés Manuel López Obrador, que los puso en marcha cuando fue jefe de gobierno del Distrito Federal. En este caso la imitación es buena y se aplaude. En cuanto a lo demás, no hubo mucha novedad que se diga, quizá un poco más o menos énfasis en uno que otro rubro pero nada más.

—Pues así lo ves tú, pero según mi tía Teófila, que sí asistió al informe, como te he dicho, Vila Dosal prácticamente dio a entender que antes de su arribo al poder los yucatecos vivíamos en una especie de caos primigenio…

—¿Eso dijo tu tía?

—No con esas palabras, pero más o menos…

—Es buena señal que doña Teófila haya detectado esa desmesurada pretensión de Vila Dosal, aunque entre los políticos de este país es común afirmar que antes de ellos todo estaba mal para que quedar bien ante los ciudadanos. Sin embargo, cada vez son menos los que se tragan el viejo cuento titulado “Antes de mí, el caos; después de mí, el diluvio”.

—Bueno, Tuuskeep, ya se alargó esta plática y tengo que planchar un titipuchal de ropa. Nos vemos mañana.

—Ok, Eduviges, nos vemos, ah y no olvides que pronto vas a tener que reemplacar tu Volcho.

[Por respeto al culto lector omito describir la señal obscena que me recetó Eduviges, compañera de mil batallas en estas lajas eternamente calientes del Mayab, aun con los “nortes” que de vez en cuando nos visitan]