Yucatán

Hacer ejercicio beneficia la salud de los adultos mayores

Ana María Ancona Teigell

“No importa cuán despacio vayas mientras sigas en constante movimiento.”Confucio.

A partir de cierta edad la actividad física en los adultos mayores es esencial para disminuir los efectos del envejecimiento. Ya que uno de los factores característicos de la vejez, es, precisamente, la disminución del ejercicio físico, la falta de movimiento y agilidad. Otros cambios con el paso de los años es la pérdida del equilibrio corporal, en la manera de caminar, disminución en la velocidad al andar, menor capacidad para levantarse y pérdida de masa muscular.

Por eso es fundamental realizar alguna actividad física, ya que permite aumentar la sensación de bienestar general, controlar el peso del cuerpo, rebajar la grasa corporal, y reducir el riesgo de poder desarrollar diversas patologías, como alteraciones cardíacas o hipertensión.

Los especialistas recomiendan el ejercicio en las personas de la tercera edad porque disminuye el estrés y el insomnio, mejora la salud física y psicológica de forma general, fortalece la autoestima, mejora la imagen del cuerpo, controla el nivel de colesterol, glucemia (análisis que mide el nivel de glucosa en la sangre y se realiza para estudiar la posible presencia de una diabetes), etc.

Es importante incorporar la actividad física al estilo de vida que tienen las personas mayores, por lo que se buscan deportes que ofrezcan alegría y diversión, como: Caminar, montar en bicicleta al aire libre o estática, bailar, natación, yoga, taichí, gimnasia aeróbica de bajo impacto. Deben evitarse los ejercicios aeróbicos bruscos como: Correr, trotar, jugar vólibol, básquetbol, fútbol.

Aunque hay adultos mayores que lo practican, siempre es bueno que un médico evalúe a la persona y le recomiende los ejercicios más adecuados a su edad y condición personal.

Ya que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el sedentarismo de los adultos mayores alcanza un 94%. Influyendo varios factores en este proceso, como la genética, el entorno físico y social, hasta personales como el sexo, la etnia y el nivel socioeconómico.

Estos tienen una relevancia importante en el establecimiento y mantenimiento de hábitos saludables, por lo cual no existe un solo camino para lograr el envejecimiento activo. El mantenimiento de hábitos saludables a lo largo de la vida, en particular realizar actividad física más o menos tres veces por semana, contribuye a reducir el riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles y mejora las facultades físicas y mentales.

En la vejez, mantener estos hábitos ayuda a conservar una buena masa muscular mediante entrenamiento de fuerza y resistencia, que pueden ayudar a preservar la función cognitiva, retrasar la dependencia y revertir la fragilidad, aumentando la calidad de vida.

Hay muchas maneras de ser activo físicamente todos los días, hay que encontrar algo que disfruten hacer e incluirlo en la rutina habitual y aumentar el nivel de actividad con el tiempo. Como sacar al perro a pasear, cortar el jardín, utilizar las escaleras en lugar del elevador, etc.

Es importante la formación de profesionales de la actividad física en materia de ejercicio, salud y calidad de vida en el adulto mayor. Ya que el ejercicio es una de las herramientas más económicas y efectivas para mejorar la salud y calidad de vida, es un desafío aprender sobre los beneficios de practicarlo y posicionarlo como un verdadero agente de cambio, para el bienestar de nuestros adultos mayores.