El Instituto Nacional de Antropología e Historia y el Ayuntamiento de Mérida continúan los trabajos de limpieza, consolidación y restauración del muro Oriente del conjunto histórico denominado Templo de la Tercera Orden, “El Jesús”, y sus anexos, el cual está tipificado como monumento histórico y propiedad federal.
Las labores iniciaron en diciembre pasado y continuarán durante enero y febrero del presente año, a través de la Dirección de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Mérida y la Subdirección de Patrimonio Cultural del Municipio, y consisten en retiro de vegetación parásita, limpieza del muro, consolidación de la mampostería expuesta y colocación de aplanados de cal en el muro Oriente del citado conjunto histórico, como originalmente se encontraba.
La primera etapa de restauración en dicha sección fue realizada en el 2018 durante los trabajos de construcción del Palacio de la Música, en la cual se retiraron las grapas de concreto del área conocida como Salón General o ex Congreso del Estado y se restauró el muro del espacio que ocupa la Pinacoteca “Juan Gamboa Guzmán”, por lo que en esta segunda etapa se pretende devolver el aspecto original de dicha sección que conformó el conjunto conventual de San Francisco Javier.
Conservación del patrimonio
En un comunicado de prensa se señala que Eduardo López Calzada, director del Centro INAH Yucatán, dijo que gracias a la colaboración conjunta con el Ayuntamiento de Mérida se han realizado diversos proyectos en conjunto a favor del patrimonio cultural en el municipio y la restauración de esos muros permitirá asegurar la conservación del edificio, disminuir los problemas de humedad y recuperar la apariencia original del Templo de la Tercera Orden o “El Jesús” y sus anexos: la Pinacoteca y el ex Congresito.
Todo el conjunto histórico es monumento histórico y propiedad federal de conformidad con el decreto del Ejecutivo Federal, por el que se declara una Zona de Monumentos de la Ciudad de Mérida, publicado en el Diario Oficial de la Federación de fecha 18 de octubre de 1982; de esta manera, este inmueble quedó protegido por los poderes federales, específicamente por el Instituto Nacional de Antropología e Historia. De igual forma, dicho inmueble es un bien nacional sujeto al régimen de dominio público en términos de los artículos 3 y 4 de la Ley General de Bienes Nacionales, bajo las limitaciones y facultades que establezca la Federación.
Historia del edificio
El 12 de octubre de 1604 el Ayuntamiento de Mérida dirigió una carta al Provincial de la Compañía de Jesús, pidiéndole que mandara los religiosos que creyera necesarios para establecer un colegio; al año siguiente, se presentaron los padres Pedro Díaz y Pedro Calderón; por desgracia no se concretó el proyecto sino hasta unos 14 años después, cuando gracias al capitán don Martín de Palomar, quien dejó en su testamento un legado de 20 mil pesos, se inició la construcción del colegio y después el convento de la Compañía, el primero se inauguró en 1618. En 1724, el Colegio de San Francisco Javier fue elevado a la categoría de universidad.
El conjunto formado por el colegio y convento de jesuitas fue fabuloso, de gran calidad arquitectónica y artística, fue un centro cultural de primer nivel e importancia en el Sureste de la Nueva España.
Desafortunadamente con la expulsión de los jesuitas de los reinos españoles, el conjunto quedó abandonado y, al finalizar el siglo XIX y principios del XX, se fue demoliendo y dividiendo sistemáticamente, construyéndose en sus espacios el Teatro Peón Contreras, el nuevo Congreso del Estado, la Pinacoteca y donde estaba la casa cural se realizó el parque Morelos.
La Iglesia de la Tercera Orden o El Jesús inicialmente en su interior tuvo un rico decorado formado por pintura mural y hermosos retablos en toda la nave y cruceros de la misma. Con el paso del tiempo el deterioro, descuidos, cambio de estilos, la evolución social y su último abandono fueron poco a poco alterando su aspecto original. Cuando se reincorporó al culto a principios del siglo XX se remodeló, se tallaron los retablos que actualmente tiene, salvo el del crucero sur que es del siglo XVIII, y se pintaron las bellas pinturas murales con escenas y su decorado que actualmente tiene.
(Rafael Mis Cobá)