Roldán Peniche Barrera
Ahora que ando malo como Sancho Panza después de haber recibido una estiba de la muchedumbre, y que convalezco atacado de dolores de palos y las horas se me convierten en días, los días en semanas y las semanas en tediosos e inacabables meses, comienzo a leer, ya empezando a recuperar las ganas por la lectura, un muy original libro que me ha obsequiado mi buen amigo, doctor y escritor Edgardo Arredondo, antecedido de una inmerecida dedicatoria.
“Los Profanadores”
El Dr. Arredondo ya lleva historia en este duro y complejo mundo de la literatura y hasta donde se sabe, se ha ubicado como uno de los más interesantes escritores actuales de la península y del Sureste.
Y me repito: Apenas me introduzco en el libro del cual acuso el debido recibo y comentaré en posteriores entregas. Por de pronto, gracias, doctor, gracias narrador, por el regalo de “Los Profanadores”, que es seguro, leeré a tambor batiente. Vale.
Psicografía. Voces de mi interior
Otro libro sobre mi mesa de trabajo: “Psicografía” (Voces de mi interior) del Lic. Jorge Luis Canché Escamilla. El impreso, lucido con su portada multicolor, nos regala con una serie (¡lástima que no salieron todos!) de ilustraciones repentistas creadas por don Jorge durante sus instantes “de inspiración” (que no son pocos) e inscritos en volanderas hojas de papel, revés de cuentas del OXXO o de cualquier supermercado local, servilletas, etcétera. Canché Escamilla las realiza mientras departe en el café o en el bar con sus amigos y les da broche en cuestión de minutos. Me pidió el prólogo que hemos hecho con sumo placer y aunque yo no he podido estar presente en el gran oppening, por encontrarme todavía postrado tras delicado accidente, los chismes corren y me indican que el acto fue todo un éxito, correspondiendo la lectura del prólogo al excelente amigo, arquitecto y pintor don Fernando Palma Burgos, de brillante historial plástico. Felicitaciones a todos los integrantes del círculo. “Psicografía” constituiría un formidable regalo para las navidades. Salud.
Adaptación del mensaje del doctor David Noel Ramírez, Rector del Instituto Tecnológico de Monterrey, en la ceremonia de graduados de esa institución
J. Parra
“Muy buena noche tengan todos los aquí presentes, esta noche afloran en mí dos sentimientos: la alegría y la gratitud.
“La gratitud porque cuando vine por vez primera a este Instituto Tecnológico de Monterrey, sin conocer a nadie, pero con el deseo firme de estudiar en esta escuela, pasé muchísimas penalidades, tenía solamente 17 años y a escasos 100 metros de aquí, donde se ubica el atrio de la Capilla de San Juan Bosco, buscaba un rincón donde dormir, pero ya tenía un plan trazado para que mis sueños de estudiar en esta institución se hicieran realidad y no claudiqué un solo instante, a pesar de los sufrimientos que padecí, pero debo agregar que tuve la enorme fortuna de conocer al ingeniero Encalada, quien me dio una beca y así, pude continuar mis estudios, a él toda mi gratitud y mi permanente agradecimiento.
“Esta noche, también es para mí de mucha alegría viendo en ustedes la gran felicidad que les invade por haber alcanzado el sueño anhelado, gracias al estudio, esfuerzo y dedicación, pero además, veo en ustedes a una juventud alegre, deseosa de triunfar y de transformar a nuestro país, sé que podrán lograrlo para satisfacción de nosotros sus maestros, sus familiares, sus amigos y en especial sus padres que esta noche nos acompañan.
“Hoy quiero decirles que tengo dos familias: la de sangre que comparto con mi esposa y mis hijos, y mi gran familia que son ustedes mis alumnos, ex alumnos, maestros y todo el personal que labora en esta institución, ya que todos juntos hemos llenado de prestigio a nuestra escuela, la cual es considerada como el mejor instituto tecnológico del país, con varios reconocimientos a nivel internacional.
(Prosigue mañana)