KINCHIL, Yucatán, 27 de enero.- Un presunto caso de agresión sexual contra el septuagenario D. D. C., velador de la Comuna local, en el preescolar “Chan Xi’ Pal”, detonó el malestar general de padres de familia, quienes acusaron a la directora del plantel, y el Alcalde local, de extracción panista, Carlos Valentín Pech Dzib, de encubrir el delito.
Esta mañana la mentora, a quien identificaron como Fátima Osalde, organizó una reunión con los paterfamilias, para informarles sobre este hecho, que mantiene molesta a la población en general, sin embargo su versión convenció a muy pocos de los asistentes, quienes molestos abandonaron la junta, y se trasladaron a Palacio Municipal, para hablar con el Edil.
Sin embargo, como el funcionario no quiso dar la cara al problema, tal como lo ha vecino haciendo desde que los paterfamilias, en su mayoría mujeres, le solicitaron una entrevista, luego que se enteraron de la agresión sexual contra el citado velador, entonces un grupo femenil se trasladó hasta su domicilio, ubicado en la calle 17 entre 16 y 18 de este lugar, donde un familiar informó que no se encontraba.
Las amas de casa lo esperaron a las puertas de su casa, donde minutos después llegó, y entre ellos acordaron trasladarse a la sede del Ayuntamiento, donde el Edil se comprometió a apoyar para aumentar el nivel de la barda, lo mismo que colocar alambre de púas, y mejorar la vigilancia policíaca, tanto en el interior, como en el exterior del plantel escolar.
Este mediodía, personal de la Fiscalía General del Estado comenzó la investigación del caso de agresión sexual, contra D.D.C., de 73 años, quien según uno de sus hijos, Ángel D.C. se encuentra convaleciente en su domicilio.
Se averiguó que los sujetos que pretendieron robar en ese colegio, le exigieron que entregara las llaves de uno de los cuartos donde se encuentran artículos de valor del colegio, pero como el septuagenario se negó, lo golpearon, y le introdujeron un pedazo de manguera en el recto.
En círculos policíacos se averiguó que ya se sigue una pista, en virtud de que en el lugar, donde supuestamente se cometió la agresión, no hay ninguna huella.
Los padres de familia indicaron que D.D.C. limpió las manchas de sangre en el piso, negándose, en un principio a denunciar el caso, por vergüenza, y temor de perder su trabajo.
(Ramón Reyna Fernández)