VALLADOLID, Yucatán, 30 de enero.- Continúan las misas en el santuario en honor a la Santísima Virgen de la Candelaria. El día de ayer, a las 7, ofició la eucaristía el Pbro. Aarón Núñez Medina ante un gran número de feligreses.
En su homilía relató esto: “Siempre que leo el Evangelio digo ‘¿pues ahora qué digo si Jesús ya lo dijo todo?’, como que Jesús nos lo complica a los sacerdotes, pues Él explica lo que quiere decir la parábola y estas actitudes que se manifiestan, cada una es diferente, dependiendo de la persona, de nuestra realidad, de nuestra historia, de nuestra disposición al bien, de nuestro pecado.
»Definitivamente mucho depende de cómo estemos y eso manifiesta nuestra respuesta, lo que permanece constante entre todas esas personas es la palabra y allí está la grandeza del Evangelio; el Señor no deja de sembrar, el Señor es el buen sembrador, nunca va a dejar de tirar la semilla Jesús, Dios nuestro Padre, nunca nos va a dejar de hablar; todo acontecimiento, toda historia, toda anécdota, toda circunstancia de nuestra vida es una semilla que Dios tira para nosotros, está lista para dar fruto en la enfermedad, en el fracaso, en el dolor, en la muerte de un ser querido; el sembrador lanza la semilla.
»Y vemos dependiendo de la situación, pues como esté nuestra fe, a veces esa es nuestra respuesta ante el dolor, a veces viene el reclamo: ‘Dios no me ama, Dios me ha abandonado, Dios no me escucha ante la muerte de un ser querido; tanto que le pedí que curara a mi familia y no lo curó; le pedí que me consiguiera este trabajo y no lo consiguió’. Renegamos, nos alejamos, lo interesante es que Dios nunca deja de sembrar.
»Hay momentos también en nuestra vida que damos fruto; definitivamente, sino creo que no estaríamos aquí. Si nuestra vida fuera estéril creo que no estaríamos aquí sentados hoy; en este mismo instante el Señor está lanzando su semilla, Dios nos está hablando, su palaba es eficaz, llega hasta lo más profundo, hasta la médula de los huesos, y en cada eucaristía el Señor claramente nos habla.
»Entonces valdría la pena, ahora que acabamos de celebrar el domingo de la Palabra del Señor, sería muy interesante descubrir, hacer una pequeña visión, de cómo está nuestra relación con la Palabra, qué tanto de verdad hay de que escuchamos al Dios que todos los días está listo para hablarnos, todos los días tiene la semilla lista para echarla, para que florezcamos y para que demos fruto. El problema es que, actualmente en el trajín de la vida del ser humano, ya no nos damos tiempo, ya no buscamos un espacio para un encuentro con la Palabra; la Palabra ha estado cada vez más ausente en la vida de nuestras familia, los cristianos, los católicos, ya no leemos la Biblia”.
(Manuel Vázquez Rivero)