Yucatán

Cabañuelas, tradición que se extingue paulatinamente

A pesar de que los especialistas aseguran que las cabañuelas es un sistema de pronóstico en desuso debido a su ineficacia, todavía hay productores del campo que basan su actividad en la observación de las condiciones del tiempo que prevalecen durante los doce primeros días de enero y en el resto de ese mes,

Cabe destacar que antiguamente, los agricultores utilizaban las cabañuelas para determinar las temporadas de lluvias y con base en ello planear las siembras, pero su efectividad siempre fue dudosa; sin embargo, de acuerdo con el comportamiento del tiempo ayer, durante el mes de abril habrá lluvias escasa y fuertes vientos.

A esta tradición yucateca, cuya eficacia no está comprobada científicamente, también se le conoce en maya como Xok Kin o Tzolkin (cuenta de los días) y su práctica se remonta al período colonial.

“Fue utilizada por los habitantes de la Península de Yucatán, quienes a partir del uno de enero, en la madrugada, observan el cambio climático en los días, los cuales cada uno de ellos representan un mes”, expresó Fredy Poot Sosa.

Es decir, el lunes 1 corresponde al mes de enero, el martes 2 a febrero hasta llegar a viernes 12, que representa a diciembre, en el cual el milpero observa los cambios de climas correspondientes a cada mes para determinar la sequía del campo, la época de lluvia, las frialdades, entre otros fenómenos que deben ocurrir durante el año.

En total se cuentan 38 días, de los cuales los doce primeros determinan el año, después en cuenta regresiva se verifica para ver si habrá algún fenómeno imprevisto, este corresponde del 13 al 24 de enero.

En algunas regiones aún continúa el conteo por cada medio día es decir, del 25 al 31 de enero debe darse el año y los siete días venideros, la cuenta es por horas.

Pero esta tradición va cayendo en desuso, porque muchos campesinos no reconfirmaban las cabañuelas y solamente se limitan a contar los días enteros y medios días.

Investigación

De acuerdo con la investigación que realizó en 1989 María Luisa Góngora, de la Dirección Estatal de Culturas Populares, se preguntó a los ancianos de Oxkutzcab y Maní, principalmente, sobre las técnicas de cultivo y de las cabañuelas, la caracterización de las actividades de acuerdo con el paso de los días.

Así, el milpero determinaba la época de lluvias, los vientos buenos y malos, específicamente el Chinkin Ik (viento del Oeste), la fecha idónea para la temporada de quemas, las sequías que podrían presentarse, los nortes, entre otros fenómenos atmosféricos.

Esta práctica se realizaba principalmente en la zona maicera de la entidad, es decir, en el oriente y parte del sur Estado, porque ese cultivo depende mucho de la temporada de lluvias y de un cuidado mejor.

Poot Sosa comentó que sólo algunas personas todavía confían en las cabañuelas pues “creen que sí se cumplen”.

Actualmente, un buen agricultor sabe las fechas posibles para empezar a cultivar y cosechar, además que el comportamiento de determinadas plantas, insectos y aves determinan posibles acontecimientos meteorológicos.

Aspecto científico

Por su parte, Eddie Ariel Salazar Gamboa, académico del Instituto Tecnológico de Mérida (ITM), expresó que las cabañuelas, en caso de que se llegaran a cumplir, son una mera coincidencia.

Las condiciones climáticas son difíciles de pronosticar, por lo que las cabañuelas son una mera creencia cultural-religiosa sin explicación ni bases científicas que la sustenten.

Nada hay comprobado en torno a su efectividad, aunque reconoció que se trata de una tradición transmitida de generación en generación.

Finalmente dijo que el hombre actual prefiere el empleo de la tecnología para saber las condiciones climáticas, aunque en muchas ocasiones también fallan los pronósticos de los especialistas.

(Víctor Lara Martínez)