Rafael Mis Cobá
El T’alkú de la Tía Juana
El sobrino cabezón viajó desde muy temprano a Chikindzonot para llevarle a su tía Juanita dos gruesos cobertores que le compró para protegerse del frío ante los pronósticos de que la temperatura seguirá a la baja en los próximos días.
Aunque de antemano sabía que a la curvilínea mestiza poco le afecta el frío, el cabeza de “lec” lo hizo más que todo por el “dzudzito” tío Chupi, quien para estas épocas sufre mucho y todo le queda “morot’”.
El travieso sobrinín también quería saber si su “t’int’inkí” pariente cortó la Rosca de Reyes y si le tocó dar los tamales el próximo dos de febrero en el Día de la Candelaria.
De igual manera le urgía saber si su hermosa tía había cambiado de opinión y aceptaba su propuesta de inscribirla en sesiones de zumba para que eliminara cualquier porción de grasita con tal de que mantuviera su escultural cuerpo de diosa maya.
—¡Tía, Juanita!
—“Mejenkisín” sobrino, qué pulgas te picaron y viniste sin avisar.
—Quería saber si te sacaste el muñeco.
—¿De qué muñeco hablas “mejenkisín”?
—¿Acaso no te complació el tío Chupi?
—Explícate o te caigo a “uasc’opazos”.
—Tía, el muñeco de la Rosca de Reyes.
—Nada sobrino, no hubo rosca y menos muñeco.
—Tía, no debes perder la tradición que se celebra cada seis de enero.
—Es que pensábamos ir a Tizimín a cortar la mega-rosca de tres mil metros para ser testigos del Récord Guinnes.
—Es cierto, tía, esa roscota tenía 19 mil muñequitos y se repartieron 40 mil pedazos entre los asistentes.
—Dicen que llevó muchos kilos de harina y azúcar.
—Y también muchos huevos, tía.
—Me imagino que sí, sobrinín.
—Pero, dime, tiíta, por qué finalmente no viajaron a Tizimín.
—Es que tu tío Chupi prefirió empezar los trámites para lograr su pensión.
—Que no pierda su tiempo, tía, consúltale al ex ministro Eduardo Medina Mora.
—¿Le darán su pensión a pesar de estar denunciado por cometer delitos en el ejercicio de su función?
—Casi un millón de pesos anuales, además de seguro de gastos mayores, vehículos blindados, servicio de escoltas y hasta apoyo extra para comprar anteojos.
—¡No lo puedo creer, sobrino!
—Así se señala en el Manual de Remuneraciones del Poder Judicial de la Federación.
—¡Es absurdo, sobrino!
—Como absurdo es que Felipe Calderón insista en que no sabía que su jefe de Seguridad, Genaro García, hacía negocios con los narcos.
—Sobrino, también resulta absurdo que ahora el PRI anuncie que combatirá los nuevos impuestos que cobrará el gobierno estatal, cuando nueve de sus 10 diputados en el Congreso lo aprobaron.
—¿Qué está pasando?, tía. El mundo se está volviendo loco y eso que apenas inicia el año.
La tía Juana pidió a su sobrino poner atención y le explicó que, efectivamente, el año no iniciaba bien en el mundo, particularmente por el enfrentamiento registrado entre Estados Unidos e Irán con el latente riesgo de desencadenar un ataque bélico entre las dos partes y con ello desatar un conflicto armado global.
La curvilínea mestiza no acababa de comprender cómo puede haber tanto egoísmo y maldad en la mente de líderes políticos y gobernantes para ordenar matar sin el menor remordimiento y sin importar las consecuencias que ello ocasionará.
Y por si fuera poco, esta brutal agresión se registró precisamente apenas iniciaba este 2020, cuando todo mundo hablaba de esperanza y hacía votos para que este año prevaleciera la armonía y paz.
La tía Juanita le hizo notar a su atento sobrino, que sólo habían transcurrido dos días de este nuevo año cuando fuerzas armadas de Estados Unidos asesinaron mediante un ataque aéreo al General de más alto rango de Irán, Qassem Soleimani. Como era de esperarse, el gobierno de ese país y sus seguidores han jurado venganza y no se sabe qué pasará en los días siguientes.