Ante la necesidad urgente de un puerto de abrigo, los pescadores de Chicxulub Puerto pasan una serie de apuros para sacar de la playa y dejar sus embarcaciones en la calle cuando ocurren fenómenos hidrometeorológicos.
Esto ha pasado durante generaciones, debido a que no tienen un lugar específico dónde dejar sus embarcaciones y el lugar más cercano y a salvo es la orilla del mar.
Pero en muchas ocasiones han aprendido la dura lección de que, si no se apuran, antes de la llegada de los fuertes nortes y en este caso las depresiones o tormentas tropicales, sacan sus embarcaciones de la playa y las suben a un lugar más alto en las calles, la fuerza de la marea las atrae y las revuelca, dejándolas como pérdida total.
Ahora un grupo de pescadores de una cooperativa estaban sacando las lanchas de la calle con el apoyo de una camioneta, usando polines o tubos para subirlas a los remolques y trasladarlas a una bodega.
El pescador Fernando Aguilar, con 22 años de experiencia, dijo que este desalojo de lanchas ocurrió sobre la calle 16 por 17 y son las embarcaciones que están en completo desuso, porque sus dueños se dedican a otras cosas, esto es debido a la pandemia COVID-19.
Sólo se quedarán depositadas en esta calle las embarcaciones que después de este mal tiempo, sus dueños saldrán a la mar y las que están sacando ahora se van directo a una bodega de la misma cooperativa.
Como se puede observar, todo esto no pasaría si existiera un refugio pesquero como se maneja en otros puertos, menos en Chicxulub, comentó que en administraciones pasadas existió un proyecto en la remodelación y ampliación del muelle, siendo una especie de brazo en sus costados, pero por razones desconocidas no se llevó a cabo.
A lo largo de la playa se depositan más de 1,500 embarcaciones, sólo de Chicxulub Puerto, que, por usos y costumbres, se quedan pegadas a la orilla, pero ahora por el clima impredecible se tienen que subir hasta las calles.
Una embarcación, de las que manejan comúnmente, tiene un costo de hasta 90,000 pesos y un motor fuera de borda, bueno, puede llegar a tener un costo de 150 a 200 mil pesos, de 60 - 75 hp, por lo que adquirirlas significa toda una vida de esfuerzo y trabajos.
Añadió que con estos brazos pegados al muelle, se asegurarían las embarcaciones y de esta manera evitar que el mar se las lleve y las revuelque, estos son los proyectos que debe apoyar el gobierno, pero están más enfocados en hacer parquecitos y canchas.
No puede ser posible que comunidades más pequeñas y con menos embarcaciones tengan su puerto de abrigo o refugio pesquero, por esto la imperante necesidad de construir uno, donde existe un proyecto que por razones desconocidas no ha avanzado.
Por Alfredo Canto May