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Yucatán

Valladolid: Se rememora la Guerra de Castas

Investigadores y profesores, reviven a POR ESTO!, fragmentos de este suceso histórico.
Imagen ilustrativa de los diversos movimientos políticos en Yucatán, que se circunscribe en la llamada Guerra de Casta
Imagen ilustrativa de los diversos movimientos políticos en Yucatán, que se circunscribe en la llamada Guerra de Casta / POR ESTO!

A la par de que en Valladolid se conjuraron y mataron 17 españoles y 400 indios mayas auxiliares y que entre los muertos se encontraba el capitán y alcalde Bernardino de Villagómez, es uno de los sucesos en los que circunscribió la primera sublevación de los mayas en el territorio de los Cupules, ocurrida en 1546 y que cada 9 de noviembre el Gobierno del Estado de Yucatán marca este episodio en su calendario de fechas conmemorativas locales.

Investigadores y profesores de Valladolid, como Gaudencio Herrera Alcocer, Ariel Tuz Martí, Víctor Kú Caamal y Jorge Coronado, de Valladolid comparten a POR ESTO!, fragmentos de este suceso histórico, no sólo de Yucatán, sino de México.

Motivos

El profesor Ariel Tuz Martí indicó que las innumerables acciones discriminatorias de parte de los conquistadores, como la imposición de una nueva religión y negación a sus derechos ancestrales, el esclavismo y el maltrato, el sometimiento a las mujeres, entre otras cuestiones, así como que a los indios mayas cada día se les humillaba, hizo que éste fuera acumulando ese rencor y estallara la primera sublevación y que dio origen a otros movimientos que se multiplicaron para contrarrestar los días de poderío de los españoles.

El historiador e investigador, Tuz Martí contextualiza que la cultura maya fue una civilización mesoamericana que se desarrolló plenamente con grandes avances en la ciencia, entre las que se pueden citar los conocimientos matemáticos, astrológicos, escritura jeroglífica, entre otros conocimientos; abarcando una gran extensión del continente precolombino, una zona que comprende la mitad hacia el Sur, de lo que actualmente es el territorio mexicano y los países que conforman Centroamérica, como Guatemala, Honduras y El Salvador.

Dijo que con la llegada de los españoles a la región, odisea que inició el 12 de octubre de 1492, de acuerdo con la gran mayoría de los historiadores, entre ellos, el más connotado, Miguel León-Portilla, al abordar paradigmas historiográficos que difieren de las miradas eurocéntricas, tradicionales y convencionalistas, afirmó que las intenciones de los “conquistadores españoles” estaba centrada únicamente en la apropiación de las riquezas que suponían en abundancia, sobre todo el oro, la plata e incluso el territorio mismo.

Prosiguió, “trajo como consecuencia conductas verdaderamente injustificables por decir lo menos, aplicados para someter a nuestros antepasados, entre ellos la tortura genocida, que no por ser la herramienta más brutal de ayer y hoy, no lograron someter con ello a los mayas al resistir heroicamente a través de múltiples levantamientos armados”.

“Para los mayas las nuevas condiciones de vida no eran de su agrado, no aceptaban la nueva religión, no aceptaban el sistema de encomiendas, ni los tributos requeridos, y los hechos violentos en las campañas de los Pacheco en las jurisdicciones de Cochuah, Uaymil y Chactemal habían despertado un gran resentimiento hacia los españoles”, mencionó.

Detalló que, organizados principalmente por los batabob, sacerdotes (ah Kin), y guerreros de la jurisdicción de Cupul, conspiraron un plan para iniciar un levantamiento la noche del 9 de noviembre (5 Cimi 19 Xul, muerte y final del calendario maya).

“Ampliando que, en Valladolid, se conjuraron y mataron 17 españoles y 400 indios auxiliares. Entre los muertos se encontraba el capitán y alcalde Bernardino de Villagómez; estas acciones de los mayas fueron violentas, algunas víctimas fueron quemadas, a otras se les extirpó el corazón, y en general los cuerpos fueron descuartizados; enviaron brazos y piernas por toda la tierra como una señal para que el resto de la población nativa no se sublevase…entonces estalló una rebelión simultánea de 20 mil guerreros mayas”, refirió.

“Es preciso destacar que estos episodios, abordados por la gran mayoría de los historiadores, salvo honrosas excepciones, ha sido denominado Guerra de Castas, cuando en realidad es una lucha de clases ininterrumpida hasta el día de hoy, el cual puede verificarse y fundamentarse en el desarrollo histórico de la humanidad, magistralmente expuestos en la teoría Marxista-Leninista. No obstante, el término ha sido puesto en cuestión por múltiples investigadores e historiadores”, observó.

Hoy la lucha es por el reconocimiento de los derechos

Por su parte, Gaudencio Herrera Alcocer, investigador, supervisor y defensor de la etnia maya, comentó que mucho se ha hablado sobre la Guerra de Castas en Yucatán, la cual inicio en 1847 en la que los mayas se levantaron en contra de los “dzules” y los mestizos, quienes los explotaban y cometían todo tipo de abusos en su contra con la complicidad de los líderes religiosos de esa época.

Dijo que fue un cruento enfrentamiento en el que hubo armas y que poco se ha mencionado “¿de dónde obtuvieron las armas nuestros antepasados mayas?”

Y respondió, “de acuerdo a información obtenida antes del estallido de esta guerra, la élite del Estado de Yucatán deseaba independizarse de México, la primera vez fue en 1841 y la segunda en 1846. El Gobierno Mexicano en ese entonces acaba de perder Texas y no quería más insurrecciones, por lo que envió parte de su ejército para enfrentar las revueltas que se estaban dando. Resultó entonces que los “dzules” y los mestizos yucatecos respondieron al ataque dando armas y mandando al enfrentamiento a sus siervos de origen maya”.

Agregó que, “debido a la debilidad del Ejército Mexicano, Yucatán se declaró independiente, por segunda vez el 1 de enero de 1846. Sin embargo, al no desarmar a tiempo a sus siervos, éstos se levantaron en su contra después. Fue una larga lucha de más de medio siglo en la que nuestros ancestros fueron vencidos y la Guerra de Castas llegó a su fin en 1901”.

Comentó que, “a 119 años de esta cruenta batalla, hay un reconocimiento a los derechos de los pueblos indígenas; sigue habiendo desigualdad económica y social, es verdad, pero son muchos los descendientes mayas quienes, con mucha dedicación, con mucho esfuerzo estamos logrando una reivindicación de nuestra cultura a través de la educación, el emprendimiento y la vinculación en la política. Sin renunciar a nuestros orígenes nos vamos abriendo paso en todos los ámbitos”.

Para él, dijo que “hoy ya no pensamos en una segunda Guerra de Castas, se lucha por el reconocimiento de los derechos y por una mejor calidad de vida; la lucha es en contra del fanatismo religioso y para conquistar más espacios en todos los ámbitos. Recordemos siempre a quienes derramaron su sangre y sufrieron de un sistema esclavista para que nunca más existan diferencias de clase”.

Hoy no se aplica derecho a la lengua

El historiador e investigador Víctor Kú Caamal, abundó que los cupules (ku-pul: quién tira o arroja algo) son grupos de cacicazgos mayas que se formaron en estas tierras de Yucatán, y que las rebeliones se dieron por la misma inconformidad de la vida que llevaban en aquella época y que a ciencia cierta no se sabe dónde fue su asentamiento.

“Algunos escriben que fue en el Oriente del Estado y es así como se dice que fue en Tizimín, Yucatán. En su momento el impacto que ocasionaron estás rebeliones con los agrupamientos de los demás cacicazgos, ocasionados por las inconformidades de ocupación de sus tierras en Yucatán”, expuso.

Citó que la influencia, a través del tiempo con este movimiento sigue vigente, y que los mayas continúan viviendo con la idea de poder tener la libertad de tomar decisiones de acuerdo a sus costumbres y tradiciones, que afortunadamente siguen vivos gracias a sus antepasados.

“En la actualidad existen leyes que aún no se aplican en la cultura, tal como la Ley de los Derechos Lingüísticos, en referencia al idioma maya que, a pesar de todo, sigue más vivo que nunca”, afirmó.

Lucharon para construir una cultura

Asimismo, Jorge Coronado, identificado por sus luchas a favor de los mayas, en breves palabras, resumió este movimiento, al explicar que en la versión más acertada que ha podido encontrar en el libro Tihosuco, se encuentra el dato que los conquistadores religiosos habían impuesto como ley, que las hijas de los nativos en edad joven realizarán un servicio como de conscriptos para atender a los frailes, comentándose de muchas situaciones que se daban en su interior.

Dijo que cuando en una misa, el líder Cecilio Chi, se enteró de esa actitud que se daba a las mujeres de su raza, “lo comenta en su casa con su esposa, lleno de coraje, dolor angustia y demás emociones que lo indignaban, tomó la decisión de iniciar una lucha que ya se venía gestando y que fue conocida por los otros líderes, dando así comienzo a este movimiento de gran impacto”.

Refirió que “Robert W. Patch, en su libro Desacatos, recalca que la rebelión de los mayas en Yucatán, puede ser entendida, al menos en parte, como un movimiento de revitalización, que ha sido definida como el esfuerzo deliberado, organizado y consiente de los miembros de una sociedad para construir una cultura más satisfactoria”.

Por Ariel Sánchez

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