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Yucatán

De biblioteca a centro cultural, así un espacio dedicado al idioma inglés en Mérida

Aunque su esencia es una biblioteca con libros en inglés, se ha convertido en un centro cultural en Mérida.
Foto: Óscar Suaste
Foto: Óscar Suaste

La English Mérida Library es una biblioteca que cruza fronteras, en la cual no solamente se pueden encontrar libros en inglés, sino que tiene espacio para conversatorios y actividades para el intercambio entre locales y estadounidenses con el fin de aprender más sobre ese idioma. Aunque actualmente la realización de las actividades se ha complicado debido a la pandemia, continúan tratando de trasladar todo a los medios digitales para que la comunidad siga creciendo.

Solamente para las bibliotecas, el reglamento tiene 26 páginas que nos indican qué podemos hacer con el COVID-19. Y no podemos hacer casi nada, no podemos tener clases, no podemos permitir que la gente entre a buscar y tocar los libros; entonces si es miembro puede pedir su orden de un máximo de seis libros desde la computadora, nosotros los preparamos y la persona pasa a buscarlos, explicó Andrea Burns, voluntaria en el referido centro, ubicado en la calle 53.

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Asimismo, destacó que antes, incluso aquellos que no eran miembros, podían entrar a la biblioteca y quedarse a leer los libros en los espacios que tienen disponibles; sin embargo, los estudiantes y maestros pueden convertirse en miembros por 50 pesos.

Señaló que el programa de conversaciones con amigos ya se ha retomado, pero en la modalidad virtual y se pueden inscribir cada lunes, con un horario de inscripción desde las 8:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde.

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"Está padrísimo porque se meten muchos americanos y los estudiantes o personas que quieren mejorar su inglés, pues hablan con gente que tiene el inglés como lengua natal": apuntó la asistente administrativa, Diana Sánchez.

La comunidad entre mexicanos y norteamericanos estaba creciendo mucho porque, cuando estamos abiertos a todo el mundo, tenemos cuentitos para niños en inglés y actividades, se canta, juegan, hay una actividad de artes al día. Ahora la mayoría de los sábados subimos por Facebook un cuento en inglés para que los niños puedan leer. Aunque algunos maestros nos están comentando que están usando eso en sus clases, entonces yo creo que cuando podamos abrir las oportunidades para crear la comunidad, crecerán, dijo Andrea.

Igualmente relató que los estudiantes antes llegaban para solicitar ayuda con sus tareas de inglés o, incluso, practicar sus entrevistas en ese idioma porque lo que necesitan es un inglés hablante. Era algo muy lindo y bonito, los estudiantes podían visitar y ahora estaremos añadiendo más actividades para escolares, alumnos, niños, apuntó.

La intención de la biblioteca no es que sea solamente para la comunidad de americanos, canadienses o quienes hablen inglés, sino que la intención es meter y ayudar mucho a los estudiantes, involucrar a toda la comunidad de aquí, que se mezcle, mencionó Diana.

La biblioteca está para que se dé la mezcla de culturas, para que los dos aprendan de los otros, complementó.

"Tenemos muchos libros para aprender inglés, tenemos una sección como escolar; la intención también va un poco hacia el lenguaje": dijo Diana.

También contaron que antes muchas escuelas llevaban a sus alumnos a conocer el lugar, en donde descubrían que se podían quedar ahí a leer y conversar con quienes estaban ahí; por lo cual, apenas lo permita la pandemia, esperan que se puedan retomar los espacios para la interacción entre locales y americanos o canadienses.

Por otra parte, Andrea indicó que han descubierto que a muchos yucatecos les gusta llevarse audiolibros junto con los libros para poder mejorar el inglés; además de haberlo observado, dos personas se lo comentaron directamente y por ello ahora se encuentran tratando de tener más audiolibros que les ayuden a complementar la experiencia para quienes les visitan o los solicitan.

También norteamericanos pueden utilizar este recurso si no leen muy bien por cansancio en los ojos, abundó.

Lo que he notado es que también llega mucha gente preguntando qué hay por aquí, ya sea porque están de visita y quieren saber qué hacer o porque acaban de llegar a vivir y necesitan información sobre servicios básicos como el banco, entonces se hace una comunidad padrísima, contó Diana.

A mí me impresionó muchísimo porque es una biblioteca, pero como es la comunidad que se quiere juntar, también es lo que hace, abundó.

Cabe mencionar que la biblioteca y todas las actividades que realiza son por parte de voluntarios, ya que únicamente se cuenta con cuatro empleados y todas las demás personas que están involucradas lo hacen como labor gratuita.

Todo en la mesa directiva es libre, apuntó el voluntario Barry Zahn.

Somos una asociación civil, tenemos el acta y todos los requisitos. Nos convertimos en asociación para hacer las cosas correctas y claras conforme a la Ley, ya que somos sin fines de lucro y realizamos todos los procesos en Hacienda, reportamos y pagamos impuestos, pues si solicitamos el dinero de la gente para construir algo, podemos reportar cómo se usó, explicó Andrea.

Todos en la mesa directiva tienen el derecho de ver qué es lo que está pasando en la biblioteca, dijo.

 Solamente hay cuatro empleados y tienen todas las prestaciones de Ley, IMSS, licencia, etcétera, agregó Barry.

Como todas las personas que han pasado por la biblioteca lo han hecho como voluntarios no se encuentra nadie que haya estado desde el inicio. Solamente Héctor que es quien se encarga del mantenimiento, dijo Diana.

Sin embargo, al ser una asociación, han mantenido todo bien organizado; además de que los voluntarios que han pasado por ahí se han quedado mucho tiempo.

El 98 por ciento de los libros son donaciones; sin embargo, hay que pagar servicios como la luz y el sueldo de los cuatro empleados, para ello antes se realizaban actividades aquí en la biblioteca para recaudar fondos, pero ahorita estamos haciendo una subasta de experiencias en línea, hay clases de español, una clase de herbolaria maya, por ejemplo; gente de la comunidad dona una experiencia para la subasta y también estamos vendiendo algunos libros y plantas, narró Diana.

La historia

La English Mérida Library es una organización sin fines de lucro que no solamente ofrece el servicio como biblioteca,  sino que además organiza eventos culturales, educativos, informativos y sociales como conversatorios, pláticas, entre otros.

En 1994, con el comentario “Comencemos una biblioteca en inglés” de Elizabeth Dunkel todo comenzó.

Elizabeth fue quien se encargó de contactarse con el abogado que redactaría los documentos para poder convertirse en la Asociación Civil de la Mérida English Library.

Para poder dar inicio a todo, su amiga, Elie Guidotti, le prestó su casa a los fundadores y se convirtió en la primera sede, en la misma calle 53.

Y, aunque la biblioteca cambió de lugar tres veces durante sus primeros 18 meses, finalmente ha encontrado su sitio en la calle 53 entre 66 y 68 como el definitivo hasta ahora; lugar que fue donado por Marilyn Estes Smith, quien siempre dijo que cuando ella muriera quería que su casa se la quedara MEL.

La biblioteca comenzó con las donaciones de libros. Debido a que es una asociación civil y biblioteca que no recibe apoyo económico del gobierno, con sus propias actividades recauda fondos.

Los voluntarios

Barry Zahn, actual voluntario en la biblioteca contó cómo fue que llegó a Mérida a vivir, aunque asegura haberse encontrado la biblioteca por casualidad.

Mi papá y yo sabíamos que queríamos regresar a México, eso era seguro, solamente teníamos que encontrar el lugar; encontramos Ixtapa, pero era muy parecido a San Diego y nosotros queríamos México. Yo odio Cancún, no es México. Entonces venimos por 10 días y nos hospedamos en un AirBnB, estuvimos viendo casas y al día seis compramos una casa. Fuimos a casa por nuestras cosas y volvimos para acá, hasta ahora seguimos en la misma casa, está en la calle 56 con 49, Santa Ana, contó Barry Zahn.

"Encontramos Mérida en Google": dijo.

"No sé", fue lo que dijo cuando se le preguntó cómo llegó a la biblioteca. Fue por casualidad.

Sin embargo, se convirtió en voluntario y, desde hace 5 o 6 años aproximadamente, ha permanecido ofreciendo sus servicios en el lugar.

El directivo pasado necesitaba alguien que le administrara el dinero y yo dije ok, recordó Barry.

Fue entonces que comenzó a llevar la administración de la biblioteca, que refuerza con los conocimientos adquiridos en su profesión como economista, lo que le permite tener todas las habilidades necesarias para desarrollarse en el cargo.

Se puede percibir, y lo comparte,él disfruta con la labor que ejecuta en el lugar, así como la propia estancia y convivencia este lugar.

Por Cecilia Abreu

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