Ayer centenares de visitantes continuaron llegando en este tercer domingo de la semana de puente revolucionario a las playas del puerto y comisarías en medio de un buen clima.
Se presume que tan sólo arribaron a la costa entre siete a ocho mil visitantes, la misma cifra de un día antes, de acuerdo a datos que proporcionó el director de la Policía Municipal Coordinada, Emilio Raúl Caamal Gutiérrez, hasta las 16:30 horas.
Mencionó que hasta ayer en la tarde se habían registrado accidentes viales, pero leves, sin lesionados.
Dijo que, en la playa, a lo largo de la costa desde Chuburná Puerto a Uaymitún, las playas recibieron un promedio de tres mil paseantes y los restantes se dirigieron a otros puntos de la costa para estar en sus casas y condominios.
Aunque no todos ingresaron al mar, para el jefe policial el número de visitantes fue considerado como un domingo de buena afluencia.
En un recorrido por la zona de Progreso, se observó que las familias han olvidado la pandemia debido a la gran mayoría dejó a un lado los cubrebocas.
Algunos trajeron sus casas de campaña para protegerse del sol y estar lo más cerca del mar, donde incluso pudo observarse que se cambiaban de ropa.
También se notó que las regaderas del malecón aún continúan fuera de servicio.
Prestadores de servicios rentaron camastros, mesas con parasoles.
“Los artesanos tuvimos poco movimiento”, se quejó Antonio Parra Chan, pues dijo que el turismo es del interior del Estado y no compran nada.
“En el caso de los turistas que llegan del Estado de Quintana Roo, son los que realizan algunas compras, pero no cargan efectivo”, dijo Antonio Parra.
El consumo de bebidas etílicas fue abundante, era notorio como muchas familias acudieron a los comercios de estas bebidas a comprar sus dotaciones, las cuales después de consumirlas las dejaron a las orillas del mar.
Samuel Quintal, gerente de conocido restaurante de la avenida del malecón, dijo que en las palapas las cuales está supervisando, se respetan las normas del Sector Salud, que son checar la temperatura, gel antibacterial y cuatro personas por mesa.
“El pasado sábado las ventas fueron buenas, pero ayer domingo fueron mejores, personalmente estoy realizando supervisiones de las mesas que nos corresponden para el cuidado de las medidas sanitarias”, dijo.
Canaán Góngora Ortegón, gerente del restaurante de la avenida del malecón, señaló “que las ventas en este puente revolucionario fueron las esperadas, no puedo quejarme, debido a que después de más de ocho meses sin tener las ventas que teníamos, este puente desde luego es una inyección a la economía de los restaurantes, desde luego apegado a las normas sanitarias del uso del tapete, lavado de manos con sanitizante, gel antibacterial y tomas de temperatura”.
Los meseros Arturo Solís y José Rene Loria, que laboran en el malecón, dijeron que tienen temor que el sitio se vuelva a cerrar, “debido a que estamos ganando algo de dinero para solventar las deudas que nos aquejan”.
Mencionaron que la gente que llegó a las playas “es una esperanza para que tengamos propinas debido a que los meseros prácticamente su sueldo es simbólico, tomando en cuenta que las propinas es lo fuerte de nuestro trabajo”.
En el recorrido también se vio que los meseros estuvieron por la tarde realizando la apertura de mesas en las playas para atender al turismo que llegaba a las playas.
Andrés Morales, encargado de un hotel del malecón, dijo que el sábado y domingo la ocupación hotelera no repuntó de las 20 habitaciones, solamente se rentaron cinco que dejaron al mediodía.
Dijo que los cuartos van de 800 a mil pesos, “pero la gente que llega es de Cancún o turismo de la Península que al llegar la noche regresan a sus lugares de origen, dándole poco provecho a los hoteles”.
Jonathan Hernández Aguilar, quien llegó con su familia de Muna a disfrutar del domingo se instaló en una palapa frente al mar, para degustar de su botana favorita y el aire fresco de la playa, y mientras sus hijos jugaban en la playa, dijo que “en realidad es un gusto venir a las playas cuando hay buen clima”.
Amada de León Reyes, originaria de Monterrey, pero que llegó vía Cancún, dijo que al llegar la noche regresarían al estado de Quintana Roo, y mencionó que Progreso no tiene que envidiarle a las playas de Cancún, aunque dijo sentirse sorprendida por el precio de los alimentos, pues expresó que están más bajos en comparación al lugar donde llegaron, “lo que le falta al puerto de Progreso son servicios sanitarios en las playas e infraestructura hotelera, por eso es que muchos turistas del vecino estado llegamos de paso”.
Las playas de este puerto fueron cerradas desde el pasado mes de marzo por orden del Gobierno del Estado de Yucatán, y éste mismo ordenó la apertura el pasado 2 de este mes.
Ambulante agradece reapertura
“Poco a poco me voy acercando de nuevo a la playa, a la venta ambulante, después de largos ocho meses, todo ese tiempo sobreviví gracias a mi labor de albañil. Ahora con esta nueva reapertura económica, estoy llegando a la playa dos a tres veces a la semana, con tan solo una permanecía de dos horas de recorrer el malecón, en busca de clientes potenciales”, dijo Luis Alfonso Cabrera Alférez, de 63 años, quien dijo tener más de 55 años de experiencia como vendedor ambulante.
“Mientras tanto, sigo realizando mis labores de albañilería, que es lo que me sustentó durante los ocho meses por la pandemia, termino con la pala y la cuchara, como a las 13:00 horas, almuerzo, me cambio y tomo mis artesanías y me pongo a recorrer el malecón y la playa en un promedio de dos horas y la verdad sólo sale para la comida, pero esto no me desanima, al contrario”, manifestó.
“Hasta ahora solo se le ha dado permiso a los semiambulantes, que tienen sus puestos en el malecón y la otra semana, darán permiso oficial para nosotros”, reveló.
Y se quejó que con el COVID-19, vivió una tormenta en los ocho meses de inactividad, “pero podemos agradecer a Dios que no hubo enfermedad en la casa, aprovechando las caminatas diarias, al acercarse para ofrecer las artesanías de madera, concha y caracol de Dzityá al turismo.
Prestador ve complicado el panorama
“Los prestadores de servicios turísticos pasan por una situación complicada, las dos actividades principales que mueven el puerto, la pesca y la actividad turística, se han visto afectadas por la pandemia COVID-19”, dijo el empresario de viajes turísticos local, Cristóbal Figueroa Uc, de 41 años.
“De marzo a la fecha, hubo mucha gente que se integró a la pesca, pues era la única manera de poder sacar adelante a la familia, varios compañeros que se dedicaban a llevar turistas locales y nacionales se subieron a los barcos y ante la falta de cruceros que arribaban al puerto, por lo menos dos a la semana”, explicó.
“Al abrirse la zona turística, con esta reactivación económica tan esperada, después de varios meses de permanecer cerrado el malecón y la playa, aprovecharán para buscar la manera de cautivar a los turistas, en su caso con los paseos turísticos que se ofrecen dentro de la ciudad”, dijo.
Expuso que los recorridos son al tradicional Don Romeo Frías Bobadilla y el internacional, la casa del pastel, el esqueleto de la ballena, las playas de Chelem y de Chicxulub Puerto y la parte turística e industrial del puerto de abrigo Yucalpetén.
Agregó que a los turistas que abordan se les lleva a un paseo por libramiento a Chicxulub Puerto para que logren el avistamiento de flamencos rosados y se les lleva a comer a un restaurante con acceso a la playa.
“Incluso si lo desean, hay paseos en lancha, en la ría de Chelem; la idea es mantenerlos ocupados y entretenidos y que la derrama económica se quede en esta ciudad y puerto”, mencionó.
Por Julio Jiménez Mendoza y Alfredo Canto