Hablar de Yucatán es hacer mención de su vasta gastronomía, pero en especial de uno de los antojitos más icónicos y buscados por propios y extraños, el panucho: llamado así a una pequeña tortilla hecha a mano rellena de frijol y encima lechuga, pavo o pollo asado, cebolla roja y una rodaja de tomate. Comerlo no cuesta trabajo.
Con el tiempo se ha ido diversificando, hay de relleno negro, cochinita y huevo, entre otras. Pero, ¿conoces la historia de tan reconocido platillo? Aquí te la contamos.
Corría el siglo XIX, el barrio de San Sebastián era el punto de salida del llamado “camino real” que conectaba a Campeche. Cabe señalar que es llamado así por ser al paso de la emperatriz Carlota hacia el vecino estado, pero esa es otra historia.
Retomando la idea, al ser un punto de mucha afluencia, ya que ahí también llegaban personas del centro del país, la venta de comida no era extraño; sin embargo, resalta uno que descubrió lo que hoy llamamos como panucho.
El puesto era atendido por un señor conocido como “Don Hucho”, que vivía en la Ermita, a unos escasos kilómetros del lugar.
Un día, cuentan los cronistas, un viajero pidió comida, pero “Don Hucho” ya a no tenía nada. Se había gastado. El hambre que traía el comensal era tan grande que le pidió cualquier cosa, que le diera lo que tuviera, por lo que agarró un pan, le puso encima frijol colado y huevos colados.
Ante el éxito del platillo improvisado, los mismos pobladores lo empezaron a llamar “El Pan de Don Hucho”, mismo que al paso se fue modificando a ser una tortilla rellena convirtiéndose en lo que hoy llamados como “panucho”.
Por Redacción Digital Por Esto!
JG