El alza en el precio de la tortilla que se pretende llevar a cabo en el mes de diciembre afectaría gravemente la economía de las familias, que ya resiente la falta de trabajo ocasionada por la pandemia, sumada a las consecuencias de los fenómenos naturales que han agravado la situación al grado de que es difícil obtener un poco de ingresos para solventar la alimentación.
Amas de casa mencionaron que en tan solo en este alimento, dependiendo del número de integrantes de la familia, se destina de 40 hasta 100 pesos, que sólo en su adquisición al día se gastan de 200 hasta 300 pesos acompañándolo con huevos, frijoles, calabacita frita o un poco de chicharra de cerdo.
En el mes de diciembre se pretende que el precio del kilogramo de tortilla tenga un notable incremento llegándose a comercializar a 20 pesos, al respecto se entrevistó a varias amas de casa, la gran mayoría manifestó su desacuerdo debido a que las familias de esta ciudad e incluso de las comunidades rurales apenas alcanzan para comer.
Lucely Vargas dio a conocer que en su hogar se compra diariamente de 3 a 4 kilogramos, “si lo compramos en donde cuesta 13 pesos pagamos 39 por tres kilos y 52 por los 4 kilogramos y si lo compramos donde cuesta 14 pesos pues es más el costo”.
“Pero además tenemos que comprar: huevos, aceite, cebolla, tomate, frijol o si lo acompañamos con chicharra y el refresco, el gasto es mucho más, sacamos 200 pesos para comprar y aún así no alcanza, los niños desayunan tortillas porque no alcanza para comprar pan francés, porque es más caro”, explicó que es difícil la situación, pues ahora con la pandemia y los constantes fenómenos naturales el trabajo está mal pagado además de que es muy difícil de conseguir, los padres de familia tienen que buscar donde agarrar para poder llevar el sustento a su hogar.
“Con esta situación nos afectaría demasiado, no hay trabajo y suben la tortilla ¿de qué vamos a vivir?, ¿nos van a obligar a robar?, preguntó Norma Lourdes Burgos Avilés, “por ejemplo en mi casa compramos 3 kilos de tortilla a 16 pesos cada kilogramo y es que en la mañana no se desayuna tortilla se compran 10 barras (pan francés) a tres pesos cada uno, se acompaña con huevo u otro alimento, para no mentirle gasto 300 pesos diarios, mi marido tiene que trabajar de manera intensa porque no alcanza”.
Marimar Pech Itzá, de la comunidad de Sacbob, señaló: “en mi pueblito nos dedicamos a hacer tortillas a mano, cada kilogramo de maíz cuesta 5 pesos con 50 centavos en la tienda Diconsa, tenemos que hacer el nixtamal y luego lo molemos con molino a mano, hubo situaciones en que no surtían la tienda Diconsa porque todo está inundado y no llegaba el maíz, pero nosotros como campesinas tenemos que ver cómo sobrevivir, en la casa se consume kilo y medio de masa, porque sólo somos dos y para defender un poco la economía pues comemos las tortillas con calabacita frita que nosotros mismos cultivamos o un huevo de las gallina de traspatio o el frijolito, lo que se gana en el campo es poco, porque al igual que en la ciudad no hay trabajo y uno tiene que economizar los gastos”.
Manuela Díaz Jiménez dijo: “nos va afectar mucho, si no tenemos el dinero cómo lo vamos a hacer, fiado no nos dan, en mi casa compro dos kilos porque tengo mis animalitos, cada kilogramo cuesta 16 pesos, lo acompaños con huevo, este alimento es a diario porque no alcanza para la carne o con un poco de calabacita frita o tomate frito lo que caiga, al día gasto un promedio de 200 pesos, pero si se va a comer un poco de carne de cerdo, pollo, se gasta más y si se compra res se gasta cerca de los 500 pesos, no alcanza porque no hay trabajo, si tienes un trabajito tienes que cuidarlo si no, no comes”.
En muchos hogares donde los integrantes de la familia son más de siete personas se consumen varios kilogramos de tortilla, sin embargo, tienen que ver cómo hacerle para que todos puedan comer y si a esta situación se le suma la falta de trabajo o lo que ganan los integrantes es poco, tienen que comprar masa o harina de maíz nixtamalizado (Maseca o Minsa) para que todos puedan comer y saciarse, tal como en el hogar de María Juliana Cauich donde a diario tienen que batallar para poder comer, pues la situación es muy difícil y si las tortillas o el kilogramo de masa incrementará, estas familias sufrirían no sólo hambre, sino una grave desnutrición alimentaria.
Por Efraín Valencia