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Pese a inundaciones, campesino de Tizimín espera sacar adelante su cosecha

A pesar de los fenómenos meteorológicos que azotaron el estado, el trabajador de la tierra no pierde la esperanza en sacar adelante su cosecha.
En medio de la adversidad, Juan Ricardo Góngora, confía en lograr la cosecha de sus hortalizas que perdió por las recientes inundaciones. Foto: Efraín Valencia.
En medio de la adversidad, Juan Ricardo Góngora, confía en lograr la cosecha de sus hortalizas que perdió por las recientes inundaciones. Foto: Efraín Valencia.

Pese a la pandemia y los últimos fenómenos naturales que azotaron la región, Juan Ricardo Góngora sigue firme cultivando la tierra; ha realizado varias resiembras y no pierde las esperanzas de lograr la cosecha de rábano, cilantro, lechuga y chayote en los próximos días.

En medio de la adversidad, Juan no pierde la fe de lograr la cosecha de rábanos, “la pandemia y los fenómenos naturales nos han estado afectando demasiado, desde la tormenta Cristóbal con las inundaciones, cada vez que pasa la tormenta volvemos a sembrar porque se pudren las plantitas”.

Mencionó que ha cuidado su capital para no quedarse con los brazos cruzados, “con lo poco que tenemos sembramos un poquito, tengo una parte de hortalizas en este lugar y otra parte del terreno de mi tío”.

“Las condiciones climáticas adversas afectaron bastante los cultivos de rábano, cilantro, lechuga y hasta el chayote se acabó cuando azotó Gamma y, aunque lo apuntale bastante bien, los otros fenómenos dañaron las guías que apenas se están recuperándose, desde octubre ya debimos obtener la primera cosecha, pero apenas van a colgar los primeros frutos”, expresó.

También señaló que en el mercado municipal las hortalizas como el rábano, el cilantro y la lechuga han empezado a escasear.

“Los meses más difíciles para plantar son julio, agosto y septiembre, además por las constantes tormentas se ha atrasado la cosecha que ya deberíamos de estar levantando, ahora está escaseando, todo lo están trayendo de Mérida”, lamentó.

Añadió que debido a la escasez, el precio igual incrementó, “por ejemplo, el ciento de rábanos normalmente está a 60 pesos, pero ha llegado a los 80 pesos o de plano te venden cada uno en un peso, muchos de estos productos que traen viene picoteado, con mala hoja, y el cilantro es diferente al poblano, que son de tallos grandes, no tiene sabor ni olor, la gente local prefiere la del país, también quedó caro, cada rollito llegó a 50 y 60 pesos, y ahora que llega ya bajó a 30 y 40 pesos”.

Ricardo Góngora expuso que el problema con el cultivo de cilantro que son los meses de julio, agosto y septiembre, hay que ponerle sombra para que germine, “las hortalizas tienen su temporada mala, pero en esta ocasión ha tocado muy seguido”.

El labriego distribuye sus productos en el mercado municipal y vende al menudeo, hay quien viene desde otras comisarias a comprar sus verduras.

Juan desde niño se dedica al cultivo de las hortalizas, los conocimientos y el gusto por trabajar la tierra las adquirió de su padre Ricardo Góngora, quien también se ha dedicado a esta actividad por más de 50 años, ahora él sigue su ejemplo y lo ayuda en los cultivos ubicada en la calle 33 por 47.

Por Efraín Valencia

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