El Gobierno del Estado se alista a vender las tierras de la Reserva Territorial de Ucú para hacer frente a la falta de liquidez del Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado de Yucatán (Isstey) y que pone en riesgo el sistema de pensiones.
Ayer en la comparecencia de funcionarios ante los diputados de la Comisión de Presupuesto, la Secretaría de Administración y Finanzas, Olga Rosas Moya, expuso que para el próximo año se contempla un incremento de recursos para esta Reserva para empezar a construir infraestructura que eleve el valor de la tierra y que se convierta en liquidez para inyectar al sistema de pensiones.
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“Como todos sabemos que el tiempo de vida financiera que tiene el Isstey es reducido y el próximo año se está asignando para que en esta Reserva se pueda empezar a desarrollar infraestructura que eleve el valor de la tierra para iniciar con la venta para convertir en líquido esta Reserva que es para asegurar la liquidez del sistema de pensiones”, dijo.
Desde el 2014 el Congreso del Estado aprobó la donación de la Reserva Territorial de Ucú de más de 3 mil hectáreas al Fideicomiso Público que manejaría las tierras, estableciéndose la participación del Isstey como beneficiario del proyecto inmobiliario que se proyectaba en la zona.
Estas tierras, que suman unas 3 mil hectáreas se donaron por el gobierno del entonces jefe del Ejecutivo, Rolando Zapata Bello para liquidar las deudas del gobierno anterior que eran de más de 2 mil millones de pesos por cuotas cobradas a los trabajadores y al propio gobierno, pero que nunca se entregaron al instituto.
El Isstey recibirá el 30% de las utilidades que generará el proyecto hasta que se salde la deuda. Supuestamente, cuando esto ocurriera, la deuda se canalizaría el 20% de las utilidades al instituto para garantizar su funcionamiento y la certeza al pago de pensiones y jubilaciones. Sin embargo, a 6 años de distancia, en el lugar no se construyó ningún desarrollo y no hay utilidades.
Por David Rico